Aunque te fueses a matar a pedrás habia ciertas normas:
* No valían meñascos
* Si alguno se escalabraba, se gritaba ¡ Para, para !. Se daba un alto el fuego momentáneo mientras que se retiraba al herido y a continuación ¡Ya, Ya! y a pedrás otra vez.
* Al susodicho, si no era grave, a la fuente, pañuelo y palante. Si no, se le llevaba enfrente a su puerta, se tocaba el timbre y cuando aparecía su madre se le entregaba diciendo " Sa caío" y media vuelta deprisita a la drea antes de que se acabase.
#39 Con un bote de laca de lanzallamas y unas cerillas robás. Para salir ardiendo o reventao. Pero ya tenía algo de cabeza y los indencios tochos los hacia en la terraza escondio
#25 Éramos de otra madera. Acostumbrados a tener las rodillas en carne viva con mercromina y bien curtidos en cuarenta batallitas. Las dreas y los descalabros estaban al orden del día.