En una noche fría del 17 de noviembre de 1999, 26 años atrás, caía abatido en un portal de una calle del centro de Madrid Enrique Urquijo. Estaba solo o quizás con una mala compañía y a muchos se nos heló el corazón al enterarnos. A todos aquellos que admirábamos su música, la poesía de sus letras a veces amargas como la vida misma, impregnadas de soledad y amargura. Un chico triste autor de canciones tristes.
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los he cosido con el hilo de tus ojos,
y te he cantado
al son de acordes
aún no inventados..."
No todas sus canciones eran amargas.