Desde la madrugada del 30 de agosto de 2022, la vida de E.V. no ha vuelto a ser la misma. Aquella noche, cuando estaba sentado en la Rambla de Barcelona, se le acercaron dos hombres para pedirle un cigarrillo y, al responderles que no tenía, uno de ellos le propinó un golpe en el pecho con la intención de que el otro le robara el móvil. Tras salir corriendo, E.V. pudo alcanzar al hombre y recuperar su teléfono, momento en el que aparecieron cuatro agentes de la Guardia Urbana. Al verles, el joven respiró aliviado pensando que le iban a ayudar.
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