Kelsie Norris-De La Cruz luchó por no llorar mientras un médico de urgencias del Texas Health Arlington Memorial Hospital le daba uno de los diagnósticos más aterradores que una mujer embarazada puede escuchar: lo más probable era que tuviera un embarazo ectópico, un trastorno grave y peligroso en la que el embrión se implanta fuera del útero. Aunque la ley de Texas que prohíbe el aborto tras la caída del caso Roe vs Wade permite a los médicos tratar embarazos ectópicos, los médicos del hospital se negaron a interrumpir el embarazo.
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