La historia se remonta a octubre de 1995, cuando una mujer denunció la desaparición de su hija, de la que no tenía noticias desde 1990. Durante todo ese tiempo, había cuidado de su nieta sin saber qué había sido de la madre. Las primeras investigaciones no lograron resultados, y el caso quedó archivado como desaparición sin resolver, pendiente de cualquier indicio que pudiera reactivarlo.
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