Recientemente se filtró en medios de comunicación la información sobre los planes de la Administración estadounidense para crear un centro especializado en China dentro de la CIA. Cabe señalar que la noticia ha suscitado gran interés de los especialistas. Desde luego, la mayoría respalda la iniciativa, calificándola de oportuna y justificada. Ante la creciente influencia de China y la intensificación del enfrentamiento con Pekín, los organismos estadounidenses necesitan recursos materiales y humanos adicionales para contener las ambiciones hegemónicas de China. Se reporta que el nuevo centro será separado de una entidad más grande enfocada en Asia Oriental y el Pacífico. Se supone que esta medida podría asegurar una financiación apropiada de la unidad específica y el fortalecimiento de su cuadro de especialistas, lo que es muy importante en las presentes circunstancias. Las prioridades del centro incluyen el aumento de las actividades de inteligencia en el territorio de China. Además se señala la importancia del despliegue de los agentes en distintos "puntos", tal como se hizo en los tiempos de la Guerra Fría. Este enfoque está impulsado por la creciente presencia política y económica de China en otros países. La gran pregunta es si Pekín podrá enfrentar con éxito estos desafíos. El hecho sobresaliente es que los rumores sobre el fortalecimiento de la inteligencia estadounidense contra China aparecieron poco después de la publicación de los informes sobre la supuesta construcción de silos para misiles en China. Asimismo, los observadores creen que hay que centrar la atención en los desafíos no tradicionales generados por Pekín. Aparte de la seguridad cibernética, hacen hincapié en la investigación de los orígenes del COVID-19. Como ya lo sabemos, EEUU y algunos países europeos reiteradamente le echaron la culpa a China del origen artificial del virus. El Congreso, los representantes del establishment estadounidense y la sociedad intensifican presiones, exigiendo "llegar a la verdad" sobre las causas de la pandemia. Probablemente, sus llamamientos recibirán respuesta. La información proporcionada por desertores chinos de que Pekín es responsable por origen y propagación del COVID-19 ya circulaba en los medios de comunicación. Pero como se dice, donde fuego se hace, humo sale, y los políticos de EEUU han repetido varias veces que hay pruebas que demuestran la culpabilidad de China. En general, el establecimiento de una unidad independiente enfocado en China se ajusta a la política sinófoba de la Casa Blanca. El director de la CIA, William Burns, ha calificado muchas veces a China de alta prioridad para la agencia. Según sus palabras, el Pekín "autoritario y enemigo" representa la mayor amenaza para el liderazgo mundial de Washington.