Sin portavoces ni pancartas, cánticos ni ruido, tan solo tu voz educada en la manifestación de las ideas mediante el diálogo.
Cómo si fuese un juego, una conversación omnidireccional, donde tratamos los conflictos, de tu a tu, y entre todos, tratando de ponernos de acuerdo en los temas mas importantes de la convocatoria.
Sin reglas, igual que todos le damos confianza al dinero, creo que podríamos dársela a nuestros vecinos.