España es la décima 'potencia' mundial en consumo de antidepresivos
y otro similares, he recordado una conversación con un amigo común de esta web y me he decidido a compartir aquella reflexión, cada vez más certera y más preocupante. Me dejo de literaturas y lo explico lo más directamente que pueda:El caso es que la gente se siente mal. El caso es que la gente se siente triste, desvalida, ansiosa. Jodida, para resumir.
El caso es que cuando las personas se sienten de ese modo, pueden pensar que el problema está dentro de ellos, o que está fuera. Si se consigue que la gente se autoinculpe, entonces tenemos psicólogos, psiquiatras y psicofármacos. Si no lo conseguimos, y la gente llegua a la conclusión de que el problema está fuera, entonces tenemos protestas, reivindicaciones y hasta revoluciones. La diferencia no es menor, así que hay mucho que ganar y que perder en esta apuesta. Mucho bacalao que cortar. Muchos mnotivos para invertir en un reklato que convenga a quien lo paga.
Este detallito de nada, esta relación entre salud mental y política, puede estar detrás del modo en que ha aumentado en los últimos años el catálogo de síndromes y dolencias mentales.
Tranquilo, chaval, no es que estés enfadado porque te hayan puesto jornada partida y no haya autobús hasta tu curro, es que tienes ansiedad. No estás asustado porque veas que no hay futuro en tu trabajo; lo que pasa es que no has superado algún tipod e acoso en la infancia. No es que tu sueldo sea una mierda y no llegues a fin de mes, es que algo te traumatizó.
Busca el problema dentro de ti. Medita. Haz introspección. Háblanos de tus padres y de tu primera novia. Piensa en si tu bisabuelo maltrataba o no a tu bisabuela y si eso generó un trauma familiar que aún arrastráis hoy. Busca en tí. Escarba. Porque el problema está dentro. Sólo puerde estar dentro.
Ahí fuera no hay problemas. Sólo dentro. Puede que sea culpa tuya o d elos demás. Puedes arreglarlo sólo o con ayuda. Pero no lo olvides: el problema está dentro. Fuera no hay nada que rascar.
Comentarios
#0 Aunque, como siempre digo, sé que autocitarse no es muy elegante, te enlazo un par de artículillos que dejé por aquí hace tiempo y que aunque no parezca que tiene que ver directamente con el asunto que tratas en tu texto, seguro que sabes engancharlo:
"Neuro-X": cerebrocentrismo e idealismo
Los peligros de la palabra "ser" (VI): de las "disposiciones mentales"
A lo mejor te gusta, o no, o yo que sé... gracias en cualquier caso.
#1 Muchas gracias.
El problema o uno de los problemas creo que radica en las expectativas y los resultados. Las expectativas suelen ser fantasiosas, sueños despierto, ilusiones... casi siempre relacionadas con el triunfo, el éxito, el reconocimiento social y el dinero. La vida de lujos que nos ofrece todo lo que vemos en los audiovisuales, o en algunas redes sociales, hace a muchas personas desear eso, un deseo intenso y poderoso, cuando luego la realidad los posiciona en donde hay cabida real... y vienen las decepciones, las frustaciones, los disgustos.
Cuando algún joven de la familia me plantea cuestiones de éxito, de triunfo, apoyándose en titulaciones o conocimientos o en "muchas ganas y energía para..." Casi siempre digo lo mismo: "No esperes nada y todo lo que obtengas será mejor."
Esos relatos en los medios de éxito, de riqueza, de contactos al más alto nivel... hacen desear a muchas personas eso y no hay nada más fácil que chocar con el muro de realidad.