Esta mañana tuvo lugar un episodio en la Escuela Ténica Superior de Arquitectura, en la Universidad Politécnica de Madrid, que daría para una película de risa sino fuera porque lo suyo, lo correcto, sería pedir que rodasen unas cuantas cabezas.
Como no se le ha dado mucha difusión, y tampoco creo que se le dé, por razones obvias, os lo cuento aquí:
En la mañana del 18 de marzo, durante unas obras, apareció una bomba sin estallar de la guerra civil. Desconozco aún la tipología del artefacto.
El caso es que, cumpliendo el protocolo de seguridad, se procedió a activar la alarma para que se desalojase el edificio. Como nunca jamás se habían realizado simulacros al respecto, ni se había informado a nadie sobre el funcionamiento del plan de evacuación, los cientos de estudiantes que entonces asistían a sus clases, se miraron entre ellos y pensaron que era algún tipo de error. Sus profesores tampoco reaccionaron.
Ante esa situación, lo bedeles recorrieron aulas y laboratorios, uno por uno, urgiendo a al gente a desalojar por aviso de bomba. Todo muy prudente, claro, porque la gente salió en tropel, sin orden alguno y por donde les dictó su buen saber y entender.
En ese momento, en el salón de actos, un conocido arquitecto estaba impartiendo una conferencia. En total había ciento y pico personas asistiendo a ella, pero nadie les informó, y allí se quedaron tranquilamente hasta un cuarto de hora después, cuando algún alma caritativa tuvo a bien acordarse de ellos.
La dirección de la Escuela decidió suspender las clases hasta nueva orden, pero avisó de ello a los alumnos del turno de tarde, ni por el tablón electrónico, ni por la plataforma educativa, ni de modo oficial alguno. Simplemente suspendió las clases en Twitter. Y también en Twitter dio la nueva orden de que se reanudaban las clases.
El desbarajuste fue completo. Afortunadamente, la emergencia no se convirtió en peligro real, porque en caso contrario estaríamos hoy apareciendo en las televisiones y blogs de medio mundo. Y no para bien.
¿Se hará alguien responsable de semejante cagada o se considerará un simple suceso desafortunado?
¿Es así como cumplen los protocolos de evacuación y seguridad los encargados de enseñar a diseñarlos? Pues vamos de cráneo, joder.
Comentarios
En mi empresa hacemos simulacros porque estamos en un edificio con más empresas y es el edificio el que se encarga se encarga de hacerlos...
Pero son todos un desastre, al salir no hay puntos de encuentro, la gente sale con el tabaco en la mano... no hay recuentos, no sabemos si alguien se ha quedado dentro... en fin, lamentable.
He avisado un par de veces a recursos humanos del tema, y se me han quedado mirando como un ciervo en la carretera a un coche con luces, atravesandome con la mirada y llegando a ver la pared que tengo detras, y he obtenido un hummm.. a cambio
#0 Parece que en la ETSAB comparten el mismo protocolo de emergencias. Cuando suena la alarma de incendio por simulacro no se mueve nadie hasta que aparece uno de los responsables por 3a vez. "Ah, pues igual toca bajar". Se guardan papeles y portátil, se coge la mochila y a la calle.
Cuando un compañero preguntó por lo lamentable de la evacuación la respuesta fue que había sido todo un éxito en organización y velocidad
Esa escuela está para demolerla, q cosa más fea.
#1 Como diría Paco Fox. "Satán es mi Señor!"
https://satanismylord.com/
Yo estuve 3 años en las listas de gestores para las evacuaciones de emergencia en la empresa sin haber recibido jamas 10 segundos de formacion alguna. Me entere un dia del cuarto año porque alguien perdio una hoja con las listas viejas.
#4 No, si yo no hablo de dimitir... simplemente de contar con un mínimo de seguridad. En cualquier sitio serio no sería pedir demasiado, pero claro...
Menos mal que no fue nada realmente serio, porque si llega a pasar algo o alguien se hace daño, sí que iban a rodar cabezas. Pero mientras no haya heridos, aquí paz y después gloria.
#3 Por menos han dimitido ministros en sitios serios... Pero claro... Qué cosas digo....
Pues para haberse matado alguien...
En mi empresa hubo un simulacro de incendio. Se avisó con días de antelación (esos fuegos, que siempre avisan) y --supuestamente-- la plantilla conocía los puntos de evacuación, encuentro y recuento.
Yo olvidé por completo el simulacro y la evacuación me pilló evacuando. Cagando, vamos. Ya puestos, aguardé en el retrete hasta que todo concluyó. Como sospechaba, nadie me echó de menos. Por terceros supe que nadie hizo recuento, la gente se largó a las cafeterías a tomar un cafelillo en vez de a los puntos de encuentro. Ni los propios responsables de la evacuación y del recuente se aclaraban. Al día siguiente la dirección nos envió un mail de felicitación por lo bien que había marchado todo.
Total, que la única evacuación eficaz fue la mía. En la vida he cagado más tranquilo y a gusto.
¿Y cómo es que no tienen simulacros? En mi facultad hay mínimo uno al año y sin aviso previo (con lo que al profesor que pille dando clase se coge un cabreo monumental).
En cualquier caso, ¡benditos conserjes! Estaríamos perdidos sin ellos.
#6 Pues no se si esos profesores seran buenos en lo suyo, pero si se cabrean por eso desde luego son bastante imbéciles...