Una forma conveniente de secar un eucalipto u otra leñosa invasora que os encontréis por el campo, sin recurrir a fitocidas que obviamente no llevamos en la mochila en un paseo. Para ello, nos bastará una pequeña navajita. Con ella, hacemos una incisión perimetral que llegue al cambium del árbol (zona en la que se genera tanto el xilema como el floema, es decir, la madera y la corteza). Según cortamos, vamos despegando pequeñas tiras de la corteza. Si el árbol está entrado en savia, es decir, en los meses de calor, final de primavera y verano,