Se pensó que el ciclo del agua de la Tierra era resistente a la intromisión humana, pero un nuevo análisis muestra que los suministros de agua hacia las plantas y el suelo, que son críticos para generar lluvias, se encuentran en un peligroso descenso. La ruptura de este ciclo podría derivar, si no es solucionada a tiempo, en graves desequilibrios ambientales, climáticos, sociales y productivos. El agotamiento de las aguas subterráneas y el consiguiente aumento del nivel del mar provocan que el planeta se desplace sobre su eje.