La noticia explora la creciente evidencia de que la enfermedad de Parkinson, tradicionalmente asociada con factores genéticos, podría estar fuertemente vinculada a la exposición a sustancias químicas en el entorno, especialmente el tricloroetileno (TCE). A través de estudios epidemiológicos y experimentos con animales, se ha encontrado que veteranos de la base militar Camp Lejeune en Carolina del Norte, expuestos durante años al TCE en el agua potable, tienen un 70% más de probabilidades de desarrollar Parkinson.
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