Hace mucho, mucho tiempo, en el lejano oriente, y más concretamente en Japón, vivía cerca de Tokio, un respetado samurái, que había llegado a ser reverenciado tras innumerables batallas ganadas con honor. Su tiempo de guerrero en el campo de batalla había sido grande, y ahora, este sabio samurái, pensaba impartir sus enseñanzas a los más jóvenes, pese a que se seguía creyendo la leyenda de que era capaz de derrotar a cualquier adversario, por muy temido que fuese. Una tarde de verano, …