- El pensamiento de un ateo es menos radical que el de un creyente: el segundo afirma categóricamente una cosa sobre la que no tiene prueba alguna, mientras el primero simplemente se presta a negar dicha cosa. Curiosamente, el uno a los ojos del otro —y viceversa— se imaginan de forma parecida: perdido, a ciegas, sobre un fondo de color negro.
|
etiquetas: negro , microbiografía