El ejército ruso ha invertido décadas y miles de millones de rublos en la construcción de lo que debería ser el sistema de control de fuego de artillería más temible del mundo. Combinando drones, radares y miles de modernos obuses y lanzacohetes, el sistema de control de fuego puede, en teoría, detectar un objetivo, transmitir las coordenadas y enviar proyectiles a distancia en sólo 10 segundos.
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fuente: un bloguero