La confianza pública en la educación superior ha caído en picado en los últimos años en medio de altos precios de matrícula, préstamos estudiantiles en aumento y un mercado laboral desalentador, además de preocupaciones ideológicas de los conservadores. Ahora, las universidades están luchando por demostrar su valor a los estudiantes. "Los estudiantes están siendo más conscientes de las veces en que la universidad no resulta rentable".