Con su habilidad química excepcional, Ball logró extraer los ésteres etílicos de los ácidos grasos presentes en el aceite de chaulmoogra (Hydnocarpus wightianus), creando una forma inyectable y soluble en agua del tratamiento. En 1920, un médico en Hawái informó que 78 pacientes habían sido dados de alta después de recibir inyecciones del aceite de chaulmoogra modificado de Ball. Aunque no curativo, el método permitió el control de la enfermedad hasta la era de los antibióticos, en la década de 1940.
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