Jenófanes hizo una proposición radical para su época: tal vez los poderosos dioses se parecieran tanto a nosotros porque nosotros, con nuestro limitado entendimiento, nos lo habíamos figurado a nuestra imagen y semejanza. También señaló que si los caballos, bueyes, o leones tuvieran la capacidad, sin duda dibujarían a los dioses con características equinas, bovinas, o leoninas.