La izquierda posmoderna es la que ha consumado esa revolución en la revolución : la problemática identitaria ha reemplazado a la problemática de la explotación; el combate por el “respeto”, la “inclusión” y la “dignidad” ha reemplazado al combate por la redistribución de las riquezas; la lucha contra los efectos de la desigualdad ha reemplazado a la lucha contra las causas de la desigualdad.
En la era posmoderna las protestas se conjugan no desde el plano racional y político de la rebelión , sino desde el registro sentimental y moralista de la indignación .
Decía Sartre en los años sesenta que nos encaminábamos hacia un marxismo “moral”; lo que equivale a decir: hacia la disolución del marxismo. A partir de los años 80 el “socialismo científico” se verá sustituido por un fervor samaritano a favor de los excluidos, los desheredados, los humillados y los ofendidos.
Nada tiene de extraño que la izquierda posmarxista confluya, en muchos aspectos, con un cristianismo samaritano que sustituye el odio a la pobreza por el amor hacia los pobres. Una evolución ideológica que resulta muy funcional para los intereses del neoliberalismo.
Mariano Erriguel.