Cuando Mohammed bin Salman Al Saud, primer ministro de Arabia Saudita, fue acusado de organizar el asesinato del periodista del Washington Post Jamal Khashoggi en 2018, Trump se negó a condenar a MBS, y su yerno, Jared Kushner, viajó a Arabia Saudita para ayudar a rehabilitar su imagen. La inteligencia estadounidense confirmó que Mohammed bin Salman aprobó el asesinato, pero Estados Unidos no tomó ninguna medida, más allá de halagarlo.
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