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Aquellos maravillosos motores W12, el día en que Volkswagen quiso tener su propio Veyron
Durante años, Ferdinand Piëch estaba obsesionado con lanzar un superdeportivo o, mejor dicho, un hiperdeportivo. Quería demostrar que Volkswagen podía lanzar una bestia de altos vuelos, un caza-récords, un deportivo que nos dejase a todos sin palabras, que estuviera en boca de todos por haber demostrado la capacidad tecnológica y el desarrollo de la ingeniería alemana.
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