Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.
José Ángel Buesa
Comentarios
Ese adiós.
Punto final a ninguna parte,
baluarte entre un algo y un nada,
como el respiro último de los poros en la albada.
La nota que da una patada a toda la melodía escuchada.
La carcajada tras una orate palabra.
La guitarra rota ardiendo entre aldabas.
Si ibas a decir algo.... calla.
Que está pasando por la calle ese adiós miserable,
ante las pupilas y los despojos,
la amenaza cotidiana
del ser o NO.
-la anónima-