Durante décadas, uno de los principales objetivos de la URSS fue “desacoplar” a Estados Unidos de Europa. Ahora, en cuestión de semanas, Trump ha hecho a Moscú el regalo esquivo durante la Guerra Fría. Atenazada por una sensación de desamparo, alarmada por la colosal tarea de rearme, asombrada por el vuelco de la ideología estadounidense, Europa se encuentra a la deriva. Ucrania, para Putin, forma parte de una campaña mucho más amplia para deshacer la OTAN y la UE. Quiere poner fin a lo que considera la dominación occidental del mundo.
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