La mayor parte de las causas que esperan a Alvise vienen de antes de que se lanzara a la carrera electoral con promesas como construir una cárcel gigante para políticos, sortear su sueldo o implantar los trabajos forzados. Diligencias judiciales en juzgados de Madrid, Barcelona, León o Sevilla procedentes de su principal actividad como agitador ultra: exponer a rivales políticos, normalmente del espectro progresista, ante sus cientos de miles de seguidores, con bulos, fotos privadas o instigaciones veladas o explícitas al acoso contra ellos.