Se trata de una distro que no se define por su escritorio ni por un tema visual, sino por algo más valioso, que es rendimiento real sobre hardware modesto. Hablamos de CachyOS, un Linux tan ligero que puede mover con soltura máquinas que muchos ya consideran chatarra. Lo relevante no es que arranque en equipos antiguos; es que se siente rápido. Esa es la diferencia. CachyOS optimiza el sistema para la arquitectura del procesador que usas. No instala paquetes genéricos pensados para "cualquier CPU", sino compilaciones adaptadas al hardware real.