Durante meses se paseó por las calles de Marbella al volante de coches de lujo, grabando vídeos entre mansiones, piscinas y clubes exclusivos. En sus redes, vendía una vida de éxito instantáneo, dinero fácil y masculinidad sin filtros. Hoy, el británico Harrison Sullivan, conocido como HSTikkyTokky, se enfrenta a un destino muy distinto: la cárcel. Detrás del brillo de los focos, la fama digital y sus discursos sobre el “poder del hombre moderno”, se esconde una historia de huidas, agresiones y delirios de grandeza que ha terminado por estallar