El mundo de los pacientes está repleto de testimonios de personas que fueron víctimas de malos profesionales, a veces por una gran falta de empatía, otras por desconocimiento o falta de formación, otras, por falta de madurez personal, y en el peor de los casos, por todas a la vez. Al fin y al cabo la práctica correcta de la psicología es una de las disciplinas más difíciles que existe. Como dije: exige una gran madurez, empatía, y disposición de un gran arsenal de recursos por parte de la persona que decide ejercer. Desgraciadamente, la formación universitaria en nuestro país nos es ninguna panacea; si bien es cierto que ofrece una formación básica, el psicoterapeuta, en mi opinión, ha de ser alguien repleto de curiosidad y buscar afuera de la carrera, ya sea en formaciones como BUENOS másteres, en el propio desarrollo personal (pues no se puede ofrecer al paciente de lo que uno carece) y en el autodidactismo, todos aquellos recursos que todo buen terapeuta ha de tener. Cuando esto no ocurre (y es más frecuente de lo que pensamos) sucede que se establecen relaciones mórbidas entre pacientes y terapeutas.
En su libro Manuale di sopravvivenza per psico-pazienti (Manual de supervivencia para psicopacientes) el profesor Giorgio Nardone establece 6 tipos de guiones relaciones disfuncionales que muchos psicólogos interpretan con sus pacientes. Los guiones que aquí se describen son nocivos cuando uno se instala en ellos de forma rígida y se carece de más recursos que los del propio guion. Además, los guiones pueden solaparse unos con otros. Los 6 guiones son los siguientes (Advertencia: las traducciones citadas están realizada del italiano por mí, por lo que puede contener errores):
1) El consolador
Probablemente sea uno de los tipos más conocidos. Son aquellos psicólogos que no pudiendo ayudarte a superar tus problemas, te acompañan y consuelan para que los aceptes de forma pasiva. De hecho, los mejores consoladores suelen ser los padres, pues la actitud de consuelo es característica de la comunicación parental y no se necesita una formación específica para ejercerla. Los peligros de instalarse en el papel de consolador, como declara Nardone, son los siguientes:
Un terapeuta que asume el papel de consolador puede en un principio gratificar al paciente, pero en la continuación del tratamiento corre el riesgo, en la mayoría de los casos, de convertirse en cómplice de la patología que debe resolver. Además, como consolador, por bueno que sea, seguramente será menos eficaz que otras personas vinculadas emocionalmente con el paciente, a menos que él mismo se convierta, después de muchas sesiones, en una persona vinculada afectiva y emocionalmente con el paciente. (...) Parece evidente, creo yo, que el terapeuta-consolador es el que da con el cuidado amoroso de la "pastilla" al paciente o al que con palabras y gestos afectivos se hace sentir para compartir su sufrimiento, tiene un efecto de tipo ambiguo: por un lado hace que la persona se sienta comprendida y "mimada", por otro, gracias al efecto anterior, puede convertirse en cómplice y alimentador del malestar que debe aliviar.
2) El confesor
Es aquel modelo que el paciente percibe similar a la figura de un cura y en el que el terapeuta se comporta como tal, es decir, aquella persona a la que se pueden confesar los secretos más íntimos, las más perversas fantasías, las culpas más profundas, etc., y este tiende a tener una actitud inquisidora con respecto a ello.
Tener la capacidad de escucha atenta e indagadora con los problemas de uno es, en principio, una buena capacidad terapéutica; además, ser capaz de “confesar” los pensamientos más perturbadores y vergonzosos de uno tiene un efecto catártico en la persona. Sin embargo, se debe tener cuidado a la hora entender el concepto de confesión en la relación terapéutica:
El error radica en que la confesión presupone la existencia de secretos, "pecados" a menudo inquietantes que experimenta el sujeto que, a través del acto comunicativo de la confesión, se deshace de ellos. Esto presupone que el confesor tiene una actitud investigadora en este sentido. De ello se desprende que el paciente es, en todo caso, el "portador de la culpa" de la que debe liberarse (si esta culpa es una perversión sexual, un trauma sufrido, fantasías agresivas, etc.). En otras palabras, el terapeuta-confesor es el inquisidor moderno del alma humana. A diferencia de esto, en una relación terapéutica donde se valoran las molestias y trastornos que presenta el paciente sin una actitud de confesor, se asume un rol de no culpabilidad y de interacción positiva con el paciente, quien se orienta por una evaluación de sus molestias en términos de activismo terapéutico encaminado a la solución de las mismas.
Los efectos nocivos de este rol son los siguientes:
El primer tipo de efecto deletéreo del papel del confesor en la práctica de terapias para los trastornos psíquicos y del comportamiento está representado, como en el caso del consuelo, por la ambigüedad del efecto beneficioso inicial que luego se convierte en una relación de dependencia y poder. En este caso estos efectos son mucho mayores que el anterior, ya que el confesor se convierte en depositario de los "secretos" del paciente. Un depositario que, a la luz de su teoría ("fe") juzga, condena o premia, castiga o refuerza, estima o no estima, ama o disgusta. Todas estas son atribuciones que el paciente proyecta sobre el terapeuta y que ejercen un enorme poder sobre él. Después de todo, esto es lo que han practicado exclusivamente los sacerdotes durante siglos y que los psiquiatras y psicólogos también han estado ejerciendo durante aproximadamente un siglo, basando su trabajo en teorías psicoanalíticas. El paciente, envuelto en una intensa relación con su terapeuta-confesor (transferencia), termina inexorablemente dependiente de él y posponiendo la terapia en el tiempo, ya que sin este apoyo entra en crisis.
Nardone concluye:
Así, este tipo de relación terapéutica muchas veces, en lugar de conducir al paciente a la autonomía personal con respecto a sus propias incomodidades, lo lleva al apego y dependencia del terapeuta, a veces como un sustituto de la dependencia de sus propios trastornos, pero en otros casos como un elemento adicional a la presencia persistente de problemas por resolver. Este es especialmente el caso de formas agudas de síntomas psicológicos como los trastornos fóbicos, los trastornos obsesivo compulsivos y los trastornos alimentarios, en los que una terapia basada en la "confesión" no solo tiende a construir un vínculo de dependencia entre el paciente y el terapeuta, sino que no afecta mínimamente de las graves dolencias mencionadas, se convierte en cómplice, ya que el paciente teme perder la intensa relación con el terapeuta en caso de que mejore o se recupere. De esta forma la terapia se convierte paradójicamente en lo que, en lugar de curar, mantiene el trastorno.
El otro peligro de este modelo relacional es que la teoría de la que parte el terapeuta-confesor se convierte en un credo existencial a través del cual se interpreta, clasifica y analiza el material presentado por el paciente.
Este aspecto no puede ser subestimado ya que, en una relación confesor-confesado, el confesor adoctrina sutilmente al confesado construyendo paulatinamente fieles verdaderos y propios a su propia "causa". (…) El adoctrinamiento es una forma de manipulación no declarada del paciente en la dirección de las teorías de su terapeuta.
3) El amigo pagado
Es probablemente el tipo más frecuente en psicoterapia. Se trata de aquel terapeuta que es afectuoso, cercano, cálido y amigable y que evita cualquier tipo de actitud que formalice su rol. En verdad, muchas personas podrían ser este tipo de terapeuta, pues no se requiere ninguna habilidad especial, tan solo dar consejos con un poco de sentido común. Al fin y al cabo, como dice el título, no deja de ser un amigo pagado, con la diferencia de que el psicólogo tiene un título y el otro no.
No obstante, debido a que los seres humanos somos influenciables, está demostrado que este tipo de intervenciones pueden producir efectos beneficiosos para el paciente, básicamente debido al conocido efecto placebo; es decir, el hecho de estar en presencia de un profesional, pagar y atender mínimamente al paciente, el cual llega con expectativas, puede llegar a representar en torno al 40% del efecto de mejoría de una terapia. Sin embargo, lógicamente, esto es más cierto cuanto menos grave sea el caso a tratar. Como dice Nardone:
Si su dolencia es grave y con síntomas agudos, evite con cuidado al profesional al que le pagan por consejos que podría recibir de cualquier buen amigo, ya que en su caso el efecto sugerente del papel no será suficiente para desbloquear la situación.
4) El torturador
Es el perfil que siente placer por ejercer su poder y cuanto más ejerce más gratificado se siente. Como dije antes, el psicólogo que ejerza como tal ha de haberse hecho cargo de sus problemas antes de ejercer, porque si no:
Si durante su formación y experiencia de vida no han resuelto estos problemas, cuando alcancen el ejercicio de una profesión de alta deseabilidad social y gran poder como la de psiquiatra o psicoterapeuta, inevitablemente se encontrarán ejerciendo su rol buscando la satisfacción de esas viejas frustraciones y dificultades. Por ejemplo, si el terapeuta ha tenido dificultades en la relación con el otro sexo al nivel de su deseabilidad personal, estará inclinado a buscar la confirmación de su propia deseabilidad en la relación con el paciente cediendo a menudo a las tentaciones eróticas y al ejercicio del poder terapéutico con fines seductores, para establecer una relación que confirme tanto su poder como su deseabilidad personal. O, si el terapeuta es una persona que no logra ser un líder dominante fuera del rol, por ejemplo, sumiso a su esposa o esposo, lo más probable es que trate de ser directivo y dominante en la relación con el paciente, ejerciendo y señalando constantemente el poder vinculado a su rol, poniendo así al paciente en una posición de sumiso para ser acosado.
En otras palabras:
El paciente se convierte en la víctima prevista de las frustraciones del terapeuta.
Continúa:
El terapeuta-torturador resalta todo lo que puede realzar su poder y deseabilidad, desde la ropa hasta la manera formal y distante de comportarse. Evita cualquier forma de disponibilidad, de contacto emocional con el paciente, salvo que sea una herramienta para ejercitar su poder de confirmar su deseabilidad, como en el caso de la seducción y de pacientes particulares. Se irrita y se pone rígido frente al paciente difícil que pone su papel en crisis; en cambio, trabaja muy bien con el paciente observador y complaciente que lo hace sentir exaltado en su estatus.
La paradoja de este tipo de perfil de terapeuta, a pesar del daño que puede llegar a hacer, es que suele ser fácilmente desenmascarable y al cabo de un tiempo suele perder a sus clientes. Ahora bien, diferente es el caso de cuando esta persona ejerce en alguna institución donde los pacientes no puedan evitarle. Sin embargo, el torturador no es el tipo más peligroso que hay:
La realidad más peligrosa, por ser más sutil, es la representada por el terapeuta-torturador-consolador, o torturador-confesor, o torturador-confesor-consolador, etc., ya que, cuando se mezclan las características descritas, forman una síntesis que dificulta su identificación y manejo. En consecuencia, el paciente puede encontrarse envuelto en una relación ambigua y en ocasiones paradójica en la que al mismo tiempo puede sentirse consolado y reprochado, exaltado y descalificado, autónomo y coaccionado, deseado y rechazado, amado y odiado, etc.
5) El santo-misionero
Es el opuesto al anterior. Posee una gran devoción y sentido del sacrificio, tanto que viven en cuerpo y alma por su profesión; es decir, se sobreimplican:
El "santo" dedica horas a cada paciente, puede ser llamado a todas horas del día y de la noche, acude al domicilio de los pacientes, a su lugar de trabajo o donde se le solicite. Esta es sin duda la categoría de terapeutas más querida por los pacientes, ya que su disponibilidad y paciencia parecen infinitas.
Sin embargo, este perfil también entraña efectos negativos sobre el paciente y sobre el mismo terapeuta:
A menudo sus resultados están lejos de los esfuerzos y la intensidad apasionada de su relación con el paciente. El "santo", de hecho, a menudo se involucra tanto en los problemas de sus pacientes que pierde el poder terapéutico real. Esto ocurre sobre todo con aquellos casos clínicos (trastornos alimentarios, depresión, fobias-obsesiones) que tienden a contagiar al terapeuta. El acto de tratar no presupone el sufrimiento conjunto de médico y paciente. El sufrimiento del paciente es suficiente. Además, algunos pacientes concretos establecen relaciones casi de tipo chantaje con su terapeuta-santo, dentro de las cuales la disposición y abnegación del médico se convierten en rehenes de sus posibles agravamientos o recaídas.
No obstante, hay que destacar un aspecto positivo de este perfil y es que, al poseer una gran empatía y calidez, este tipo de relación puede desencadenar procesos para incrementar la eficacia terapéutica del tratamiento; no obstante, en los casos de patología que son especialmente graves o pacientes que tienden al chantaje:
La contraindicación más marcada para el papel del "santo" es hacia los propios terapeutas, que en este caso se arriesgan seriamente a entrar en ese conocido síndrome llamado burn-out, que es una forma severa de estrés por ejercicio exasperado de una profesión de ayuda que conduce a la manifestación de síntomas psicosomáticos y conductuales graves. Este es el caso del médico que se enferma con su propio tratamiento.
6) El profeta
A mí me gusta llamarlo más “el gurú”, pues es aquel terapeuta que está más centrado en transmitir una enseñanza que en los efectos reales de sus intervención. Este tipo de psicólogo se siente poseedor de una verdad que tiene predicar y para ello busca discípulos a los que convertir:
Esta es la persona que ejerce su profesión con el doble papel de curar y adoctrinar a los pacientes o sus seguidores a su sublime conocimiento. De hecho, el profeta-terapeuta suele estar mucho más atento al adoctrinamiento directo y al establecimiento de un gran grupo de fieles a su verdad que a los efectos de sus intervenciones terapéuticas. La mayoría de las veces esto no se debe a una elección deliberada de descuido terapéutico, sino a que está tan absorto en su papel de predicador de la doctrina que se vuelve ciego a todo lo demás, incluido cuál sería el papel que le exigirían los pacientes que acudieran a él para ser tratados.
Este tipo de terapeutas suelen atribuirse a sí mismos la mejoría de los pacientes, aunque esta no tenga nada que ver con su terapia. Hacen esto porque necesitan, ante todo, validarse a sí mismos. La afirmación que más se ajusta a este tipo de psicólogos es esta de Ronald Laing:
La elección de convertirse en psiquiatra y psicoterapeuta se debe a la necesidad de sentirse más cerca de Dios, casi como sus sustitutos.
Aquí terminan los 6 perfiles. Soy consciente de algunas personas habrán leído este artículo y lo habrán utilizado para denostar a la psicología o para autoconfirmarse que “los psicólogos no valen para nada”. No es mi intención generar esta percepción, así que no me gustaría que este texto se utilizase para disuadir a la gente de ir al psicólogo o que alguien, a modo de autoengaño, lo utilizase para confirmarse que no necesita ir a uno. Escribo este artículo para advertir a las personas de los peligros que, desgraciadamente, podemos encontrarnos cuando acudimos a un mal profesional. La única manera de separar a los malos profesionales de los buenos es sabiendo reconocerlos. Por tanto, espero simplemente haber podido aportar ciertas claves para identificar a los malos psicólogos. Por último, os dejo una reflexión del profesor Nardone:
En resumen, se puede decir que el estilo particular del rol que ejerce el psiquiatra o psicoterapeuta, en base a sus características personales, en sus variantes mostradas, manifiesta una marcada influencia en el ejercicio de la actividad terapéutica. La persona que recurre a un "médico de la mente" a menudo, sin darse cuenta, está a expensas de tales realidades. Un buen médico debe, elásticamente, desempeñar todos y ninguno de estos roles según el tiempo y las necesidades del paciente. Probablemente también debería desempeñar algún papel adicional, como el papel activo de persuasor, según lo informado por Frank (1971), un conocido estudioso de los procesos curativos; o la del seductor intelectual carismático y fascinante, como sugiere algún otro autor. Sin embargo, lo que todo paciente debe tener presente, en su interés personal de recibir no meras gratificaciones, o cálidos consuelos, o sugerentes adoctrinaciones, etc., sino beneficios terapéuticos concretos, es que, si su terapeuta manifiesta constantemente uno de los estilos descritos anteriormente, esta es la prueba de que tiene que cambiar de terapeuta. Teniendo en cuenta que, incluso antes del modelo adoptado por el terapeuta, lo que cuenta, para un resultado terapéutico exitoso, son sus características personales e interpersonales, el papel de terapeuta en sí mismo no libera ni emancipa de sus problemas a la persona que lo ejerce. Si ha tenido problemas personales y los ha resuelto, ciertamente es más capaz de comprender y resolver los problemas de sus pacientes que los que no lo han hecho. Sin embargo, aquellos con problemas graves no resueltos también serán influenciados por ellos en el ejercicio de su actividad de terapeuta. Cesare Musatti escribió: "Puedes curar a los neuróticos siempre que seas neurótico", pero quizás esta declaración debería reescribirse: "Puedes curar a los neuróticos siempre que hayas sido neurótico".
Comentarios
A mi me gustaría introducir algunos tipos más, como:
· El que automáticamente diagnostica una enfermedad mental porque el paciente tiene antecedentes en la familia, y cualquier prueba que haga a partir de ahí va encaminada a reforzar su prejuicio.
· El que es capaz de diagnosticar a una misma persona TDAH, ansiedad, depresión, TOC y el asesinato de Manolete pero no es capaz de contemplar un Asperger adulto altamente funcional porque está desfasadísimo.
· El que directamente pasa del paciente y busca que se termine la sesión lo antes posible con el menor esfuerzo necesario para cobrar.
#2 Cierto
#2 es cierto
Pero en España un psicólogo no puede diagnosticar y si lo hace tiene que derivar al psiquiatra para que confirme, otra cosa es que lo hagan
#14 eso no es así, especialistas y sanitarios tienen competencias para emitir diagnósticos.
#21 pero siempre pasando antes por el psiquiatra según tengo entendido y siempre he conocido te derivan al psiquiatra. Lo que puede hacer es un informe de diagnóstico pero darle al botoncito para que salga siempre tiene que pasar por el psiquiatría. Igual me equivoco, que puede ser
#31 a ver una cosa es la estructura de derivación del SNS y otra las competencias. El RD 2980/1998 atribuye explícitamente la realización de diagnósticos al Psicólogo Especialista. De hecho el PEPC es un igual jerárquico del psiquiatra, no un subordinado. La Ley 33/2011, General de Salud Pública, atribuye competencias en evaluación al Psicólogo General Sanitario; aunque esto ha sido objeto de disputa la Audiencia Nacional ha interpretado que sí pueden diagnosticar.
#34 eso sí, no hay Psicologos Sanitarios en el SNS
#36 dicen que "algún día", cuando esté terminada la línea de AVE entre Cuenca y El Ferrol, se incorporarán los MPGS (sanitarios) a los centros de Atención Primaria Este año no, que no hay pasta... pero quizá el siguiente.... o el siguiente del siguiente
#59 Bueno, si te han dado esa previsión ya son más optimistas que yo . Yo no creo que la situación actual vaya a cambiar en muchos años, ahora mismo apostaría a que me jubilaré antes.
#14 en mi caso, veo diagnósticos muy locos de parte de unidad de salud infantil y los que se columpian mucho son los propios médicos y psiquiatras.
Soy psicóloga general sanitaria. A veces no es que diagnostiquemos al tuntun, es que es la manera de describir conductas.
Y si, pueden confluir varios diagnósticos porque muchas cosas están relacionadas. Un Asperger por ejemplo ( soy experta en esto) , tiene mucho riesgo de experimentar ansiedad y por lo tanto Toc ( aunque hayan diferencias, pero también pueden confluir). Hay diferencias pero pueden darse a la vez porque tengo dos casos. También hay mucha comorbilidad con TDAH porque son síndromes que involucran las funciones ejecutivas de la corteza prefrontal.También con trastornos adaptativos por su propia condicion de rigidez cognitiva y falta de habilidades. A su vez, una persona con trastorno límite de la personalidad suele tener probabilidad de padecer un trastorno relacionado con por ejemplo, depresion ( también TEA adultos/jóvenes), abuso, disforia, problemas de alimentación..
Así que por favor, dejad ya de denostar una profesión sanitaria que ayuda a millones si no tenéis ni idea.
Que algunos creáis que ir al psicólogo es de debiles o tontos por no afrontarlo ellos mismo, o bien que hayais tenido una mala experiencia ( bien por falta de habilidad terapéutica o bien por la propia condición del usuario, que hay algunos que tienen unas expectativas difíciles de ajustar..) NO quiere decir que este artículo sirva de algo o sea real. No es más que una opinión y muy tergiversada.
Los buenos psicólogos se adaptan al contexto terapéutico y reproducen o facilitan determinadas cosas en sesiones para trabajarlo en terapia. A veces con éxito y a veces sin ello. Yo he hecho cosas muy estúpidas con un objetivo muy claro, o me he quedado callada para fomentar determinada conductas y reforzarla, o he sido muy impertinente si consideraba que podía para trabajar la asertividad, empatia o pedir perdon ( a modo de modelo).
Lo que pasa es que la gente quiere que en dos sesiones se les solucione un problema de cojones o Cambiemos la manera que tiene de enfrentarse a sus pensamientos o sus conductas. Algunas personas comprenden que es necesaria la implicación y que el trabajo lo hace el paciente, y otras personas no lo entienden y quieren que les digas lo que hacer sin aceptar bien la situación y sin seguir las pautas que te han pedido.
Y luego, es cierto pero lo que menos, están los psicólogos tipo psicoanalistas, gestalticos, incluso los "terapeutas" Que no son de verdad licenciados en psicología ni sanitarios, que eso ya es para dar de comer aparte y la gente tiene que tener cuidado y denunciar malas praxis en el COP.
#69 estoy de acuerdo en todo lo que dices. En la parte de denostar la profesión o que crea que ir al psicólogo es de débiles, se que lo dices en general y no era una referencia directa a mi, pero no es mi caso.
Lo que si es que la propia psicología tiene distintas maneras de enfocar las cosas y distintos "bandos" y distintas aproximaciónes.
Sobre los diagnósticos y la comorbidad es lo normal poner nombres y agrupar síntomas, el problema viene muchas veces de categorizar un espectro, alguien con rasgos es alguien con rasgos de esto, no es una etiqueta "eres esto", también el error categorial de agrupar una serie de conductas a una condición real, es necesario para ponerle un nombre pero nombrar algo no significa que exista o que no se pueda cambiar. Las etiquetas pueden ser perjudiciales, estar sujetas a crítica y a veces se solapan dos modelos distintos el biológico, conductual, cognitivo... vamos es debatible de hecho se debate mucho dentro de la psicología.
Y si me fío más de un psicólogo que de un psiquiatra, en ese sentido no os dan la importancia que mereceis. A vuestro trabajo ninguna crítica.
#14 ?¿?¿? En el medievo no?
Clínicos,sanitarios, forenses lo pueden hacer y lo hacen.
Los PIR no son los mejores para nada,hacen lo que quieren los psiquiatras, son demasiado dóciles.
#14 Lo más importante no es el diagnóstico en un papel (en algunos casos sí, te puede cambiar la vida mucho, y a menudo no para bien), sino que el psicólogo te catalogue y vea en ti un síndrome, no una persona, y se conduzca en consecuencia, olvidando que los síndromes muchas veces son síntomas y no causas. A una anorexia se llega, por ejemplo. Hay tanto detrás que quedarse en el diagnóstico y enfocar una terapia desde ahí puede ser garantía de que no sirva para nada.
#96 en psicología los síndromes no existen eso es magufopsicologia, pero creo que te refieres a trastornos.
Mucha razón en que los trastornos no son la causa sino una consecuencia (que podemos categorizar)
#99 ¿No existen los síndromes en Psicología? ¿Ni los síntomas?
¿Y entonces qué es el DSM?
#99 en psicología los síndromes no existen eso es magufopsicologia, pero creo que te refieres a trastornos.
Algunos trastornos se definen como síndromes, si no estoy mal informada. Estaba pensando en el síndrome de Asperger, pero es verdad, en general supongo que es más correcto hablar de trastornos.
#8 Y el buen amigo, el que te conoce de toda la vida, a menudo es capaz de decirte qué te está pasando. Sin tests ni puñetas.
#2 Al final casi todos ellos se reducen a "profesionales" que no dan más que su guión. Cero implicación cuando se topan con algo que se les escapa.
#8 #17 #18 Hay gente que no tiene amigos, tendrá compañeros de trabajo, de hobbys o entre los padres de los amigos de clase de sus hijos, pero amigos para irte a un bar y que te aguante dando la tabarra, puede que no tenga. Y no es muy complicado, basta con irte al extranjero o a otra ciudad por trabajo para que no tengas a gente a las que pedir consejos.
#18 Si tu amigo tiene todo el contexto y es inteligente, si. Pero no todo el mundo le cuenta a sus amigos sus temores y traumas de la infancia.
#18 #8 Seguramente hay quien acude a un psicólogo por no tener con quién hablar. La mayor parte de las veces un amigo no podría ayudarte. Y vamos, si tienes un amigo que es límite, necesitarías de ciertos conocimientos al respecto para poder ayudarlo, porque la aproximación más eficaz ante este tipo de personalidades puede ser muy contraintuitiva. Por poner un ejemplo.
#18 Y el buen amigo, el que te conoce de toda la vida, a menudo es capaz de decirte qué te está pasando. Sin tests ni puñetas.
A no ser que sea el mismo que te está haciendo luz de gas y minándote la autoestima.
#2 Sufridor directo de tu tercer tipo de psicólogo. La típica sesión era dejar que me sentara en su diván, me decía que le contase algo, lo que fuera, cualquier cosa, y mientras yo decía lo que se me ocurría, sin ningún tipo de dirección por su parte, él no parecía hacer nada. Hasta que se acababa la sesión y entonces amablemente me pedía salir para atender al siguiente cliente.
Evidentemente, ni me sirvió para nada, ni fui a muchas sesiones con él.
#29 Publicos o privados?
#23 #24 #28 Hay famosos que estan muy satisfechos con el paso por el psicologo: dani rovira, zahara, ¿Janmes rhodes?.
#27 Kim Gutierrez conto que un psicologo suyo se durmio mientras le contaba sus cosas.
#27 #28 No serian psicoanalistas? porque lo parecen.
seria interesante saber que preguntar para ver que un psicologo es valido.
incluso antes de necesitarlo, porque cuando hace falta no estas para probar cosas y fallar.
Incluso los malos pueden cobrar mas que los buenos. Si esas meses cobras mas que si lo solucionas en dias o semanas.
#40 Algunos psicólogos (y en mi opinión debería ser así siempre) ofrecen una primera sesión gratuita. Yo creo que para elegir hay que visitar a tantos como sea necesarios, buscando alguien que sientas que te escucha genuinamente, que te hace sentir comodidad y confianza, y que sabe lo que hace.
#2 Eso que comentas son más bien los psiquiatras. También hay muchos que no empatizan con el paciente y, en el caso de estos especialistas, se limitan a empastillarlo.
#2 Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid recupero un comentario que consiguió un magnífico tono gris. Fue en este envío Unidas Podemos propone multiplicar el número de psicólogos y psiquiatras en la sanidad pública
Unidas Podemos propone multiplicar el número de ps...
elpais.comYa que casi toda la población, ¿descontenta?, ha de hacérselo mirar.
Es una majarada mandar al (p)sicólogo a los niños por las causas mas irrelevantes. Si les mandan tan temprano al "loquero" rápidamente se convierten en carne de informe clínico y carne de "raritos" tanto individual como socialmente.
En esos informes a lo largo de los años se añaden diagnósticos según la moda y ninguno invalida al anterior.
UN DESPROPÓSITO.
#2 te ha faltadao el caradura que literalmente se duerme en mitad de la sesión mientras deja al paciente sin saber qué hacer al respecto (experiencia propia )
#2 "El que directamente pasa del paciente y busca que se termine la sesión lo antes posible con el menor esfuerzo necesario para cobrar."
Esos sólo existen en la sanidad pública: van a cobrar lo mismo si hacen su trabajo bien que si lo hacen mal. En la privada, al menos, se esfuerzan por "aparentar interés" y que el cliente (ya no es "paciente" ni "usuario") vuelva a la siguiente cita.
En ambas hay buenos y malos profesionales, pero en la pública andan justísimos de recursos y un buen profesional no tiene medios para poder ejercer adecuadamente (y no digamos ya en Atención Primaria, donde las consultas duran "minutos").
#2 Yo no es que los incluiría, es que los pondría en los primeros puestos. Por desgracia esos tipos abundan mucho.
#0 Me encantan tus artículos, como siempre muy informativos y redactados con mucho cariño.
#7 ¡Muchas gracias Esperanza! Tu comentario da sentido a mis artículos
Buen artículo. Yo conozco gente que ha pagado la carrera universitaria de los hijos de varios psicólogos, y todos coinciden que cualquier psicólogo no vale para cualquier paciente. Y que incluso un buen psicólogo durante una etapa puede dejar de serlo una vez que el paciente evoluciona y soluciona parte de sus problemas. No hay que tener miedo a probar varios hasta dar con uno que te convenza.
#6 Eres psicólogo?
Yo no conozco un psicólogo que esté en sus cabales. De hecho tiendo a encontrarles poco empáticos. Lo que me resulta raro en esa profesión.
#29 De hecho tiendo a encontrarles poco empáticos. Lo que me resulta raro en esa profesión.
No he conocido a ningún psicólogo, pero sí a más de una sanitaria. Están acostumbrados a ver dolor todos los días y supongo que eso termina generando cierta insensibilidad.
#20 Yo te diría que toda la gente que he conocido que estudió psicología está fatal de la cabeza. Me temo que mucha gente se mete a estudiar psicología para averiguar qué es lo que les pasa.
cc #29
#61 ¿Y te parece una mala motivación? A mí no, la verdad. Si la persona que ha de mejorar la relación de otras personas con sus cerebros no conoce el suyo propio, mal vamos.
La psicología ni es ciencia ni es medicina.
Una vez fui, por probar, a la consulta de una psicóloga que ofrecía una hora de terapia gratuita. Según le iba contando cosas, ella me preguntaba de un modo casi acusador. Salí bastante molesto se allí, pero después, y analizando la conversación, me he dado cuenta de muchas contradicciones en las que he caído durante toda mi vida, y lo que es más importante, las frustraciones que me han impedido muchas veces avanzar.
Tengo pensado volver, solamente a darle las gracias, y esta vez pagarle su tiempo y profesionalidad.
Una amiga fue a una psicóloga famosa por la zona con mucho contenido en RRSS.
Nada mas conocerla y preguntarle la edad y saber que tiene un hijo le dice: ¿"Pero no eres muy joven para tener ya un niño"?
La primera en la frente! Y nunca mas volvió, evidentemente..
#50 Esa pregunta es de primero de inútil.Mucha red social pero mema...
Se vierten muchas criticas infundadas de la psicologia. Pero es interesante cuando las criticas son fundadas, pueden ser revatidas con conocimiento y buenos argumentos.
que porcenaje de psicologos os parecen razonablemente buenos.
Un psicologo hizo un libro critico.
https://www.estrelladigital.es/articulo/comunicados/cojones-pensamiento-positivo-critica-buenaventura-charco-mensajes-vacios/20210514100355458953.html
#1 ¿razonablemente buenos? yo diria que el 20 por ciento. Una vez superado el efecto "placebo" de que alguien te escuche, quizá por primera vez en tu vida, hay que ver si para los problemas que llevas son capaces de ayudarte a medio plazo o el efecto terapeutico se acaba ahí.
#5 Un buen psicólogo es aquel que te pone un espejo delante y te hace pensar para que tu mismo poco a poco entiendas qué te ocurre y como solucionarlo. Si tu psicólogo se limita a escucharte, efectivamente es mejor irse al bar con un amigo, que te saldrá mas barato
#8 Has dado en el clavo, cien por cien de acuerdo contigo.
#8 siempre digo que cuando el locus de control es interno es más fácil que cuando es externo.
#44 O noción de conflicto versus noción de defecto, los de defecto colocan la responsabilidad fuera.
#8 Pero en resumen, lo que eso significa es que lo mejor es la introspección. Nadie te va a conocer mejor que tú mismo. E igual que el psicólogo se puede emperrar con hacer cuadrar lo tuyo con su teoría, el amigo puede empecinarse con alguna idea suya.
Otra cosa es que tenga sus dificultades desenterrar y sin autoengañarse, pero no creo que ningún psicólogo sea capaz de llegar hasta donde uno puede llegar. Y tanto la introspección como cualquier modificación que hagas sobre tu conducta, dependen más de ti que de nadie externo.
#63 De verdad conoces mucha gente que realmente se conozca a sí misma de forma cruda y realista? Porque en mi experiencia es mucho más común que todos se consideren el héroe de su película. Un buen psicólogo te ayuda a conocerte a ti mismo. Puede parecer cosa menor pero, como diría Rajoy, es cosa mayor
#74 Nah, en general la gente no arregla sus taras y deja que se estanquen y empeoren con los años. Pero que ni hacer el esfuerzo interno ni psicólogos ni nada. Y a mucha gente le da miedo rascar a nivel inconsciente, no vaya a salir algún monstruo.
Ahora, creo que si tienes un afán real de introspección, no hay nada mejor que uno mismo.
#84 Yo creo que hacer introspección no implica necesariamente que tus razonamientos sean los correctos. Por ejemplo, cuando eres una persona que se enfada mucho, puedes pasarte la vida sin darte cuenta de que nunca has experimentado otras formas de relacionarte con el mundo, el enfado es tan natural que no lo cuestionas. Por poner un ejemplo de sesgo.
A la introspección siempre le va a faltar perspectiva y segundas o terceras opiniones.
#63 La introspección no está al alcance de cualquiera, en el supuesto caso de que practicarla pudiera solucionar todos nuestros problemas psicológicos. Hay cabezas que la practican de forma natural, y otras que no saben lo que es ni cómo realizarla.
#63 "Nadie te va a conocer mejor que tú mismo."
Esta parte yo no la tengo nada clara. Es lo de la paja en el ojo ajeno. Hay partes de uno mismo que un es incapaz de ver, por los sesgos de autoconfirmación.
Un ejemplo: en los cuestionarios de personalidad (hay dos ampliamente usados, uno para "población clínica" y otro para población general) los resultados que arrojan los "autoinformes" (cuando el propio sujeto responde a los ítems del cuestionario) son RADICALMENTE DIFERENTES de los resultados de los "heteroinformes" (cómo nos ven la gente que nos rodea, que supuestamente nos conoce --respondiendo a los mismos ítems--).
#8 bueno…barato…como tengas algún amigo que no sea cervecero y pique más alto, la cuenta entre los dos puede ser bonita. Eso sí, las risas a medida que aumentan los tragos van acabando (o apartando) con el problema que le contabas
#1 En España yo diría que un 10 %. La formación que reciben en la universidad es puramente teórica y desfasada e incluso los que aprueban el PIR llegan a su trabajo sin tener ni idea de cómo empezar una terapia, por eso cuando se pide más psicólogos en la Seguridad Social me parece un disparate si no se mejora antes de forma exhaustiva la formación de los psicólogos y la libertad de elección por parte del paciente.
#12 en el último PIR las preguntas eran de bioquímica del cerebro, a un psicólogo examinando bioquímica del cerebro. Lol.. De chiste, una cosa no tiene nada que ver con la otra
#12 Conocí en el meetic a un psicólogo que estaba de atar, literalmente!
LOL
#20 y yo conocí a un médico que fumaba porros y bebía alcohol.
#12 La verdad es que no sé cuál es la edad media de los aprobados de PIR, pero es difícil conseguir plaza y supongo que la mayoría de aprobados se han presentado varias veces, muy jóvenes no creo que sean. O quizá sí, ya digo que no lo sé.
Para el PIR ser el mejor psicólogo del mundo no te garantizaría el aprobado. Es un examen absurdísimo que no evalúa en absoluto las capacidades del candidato para ejercer la profesión.
Hice una terapia de grupo hará casi veinte años que literalmente me salvó la vida. Le estaré eternamente agradecida a ese hombre bueno y profesional.
Luego, por circunstancias, después de año y medio, me tuve que mudar de ciudad y empecé terapia con una chica muy joven que no le llegaba a la suela de los zapatos y con la que me estanqué mucho. Y después, he tenido terapia con un par de ellos absolutamente faltos de empatía, silenciosos e inútiles.
Pero sigo diciendo que si se encuentra el psicólogo adecuado, te puede ayudar a avanzar en momentos duros de la vida.
Son muy necesarios a pesar de que en general se suele denostar mucho su labor en este país, básicamente por los prejuicios que todavía predominan a nuestra sociedad.
#23 A mi me tocaron un amigo pagado, una medio gurú y otra que cobraba por escuchar y aunque no parecía mala profesional en general no me transmitió ningún consejo útil o mínimamente interesante. Estos entre los otros tantos que simplemente no he visto más de dos o tres veces cuyo perfil no puedo valorar.
Ah y la del centro de atención primaria que me dio una cita para dos meses después de hablar con ella y entonces solo me recomendó pastillitas por teléfono, cosa que simplemente hubiera nublado el poco juicio que podía utilizar en aquel momento siendo contraproducente al cien por cien. A través de intentar aprender por mi cuenta de mis errores mientras intento mejorar la relación que tengo conmigo mismo, procurando ser consciente de como me trato a mi y también a los demás veo que voy por un camino de mejora.
Está siendo lento y a veces es difícil mantenerse en él sin desviarse por donde no toca, pero estoy seguro de que en mi caso me está beneficiando más ir por mi cuenta (hablando con amigos cercanos y familiares con quienes tengo confianza, un privilegio que no todo el mundo tiene por desgracia) que tirar más dinero, tiempo y estabilidad emocional al aire buscando posible y raramente encontrada ayuda profesional.
#23 Es una lotería y cuestan una pasta, 60 euros la hora. Más fácil acertar una primitiva de las que te cambian la vida, digo la conducta.
Hay muchos psicólogos vendedores de humo, en especial con los exámenes y estudios psicológicos. Pueden llegar a costar más de 1000 pavos, y al final te quedas con un tocho inservible, y en algunos ni eso. El buen psicólogo, que son como 1 entre 1000, combina la terapia con el assessment y te cobrará la tarifa estándard sólo por la sesión.
Hay psicólogos, y ha psicolocos. Un buen psicólogo que aplique el método científicio y la terapia congnitivo conductual puede tratar algunas patologías con bastante, bastante éxito. Todo lo que sea salirte de la terapia cognitivo conductual es irte a magufadas.
De todas formas la terapia cognitivo conductual dista mucho de ser perfecta, hay muchos patologías que no puede tratar, pero bueno al menos ciertas patologías y si el psicólogo es bueno si ha demostrado unos porcentajes de 'cura' decentes. Mi recomendación es que huayis de toda terapia que no sea esa, magufada al canto.
La psicología tiene dos problemones:
1) los problemas que trata solucionar son complejísimos. Yo creo que modelar matemáticamente un trauma o una fobia, de ser posible, es varios órdenes de complejidad mayor que ir a la luna por ejemplo. Los métodos matemáticos no sirven para abordar dichos problemas. Son problemas no computables ahora mismo, se requiere un acercamiento distinto ahora mismo con lo que ello conlleva, es decir una tasa de exito bajísima y muy dependiente del contexto.
2) el paciente siempre estará sesgado para autodiagnosticarse pero esque un profesional la mayoría de las veces jamás podrá tener la cantidad de información necesaria para crear un diagnostico útil. Así pues tenemos una parte que tendría acceso a muchas más variables pero que se encuentra sesgada y otra parte, bastante menos sesgada, pero que nunca podrá tener acceso a la variables necesarias.
Dicho todos esto si que es verdad que hay patologías que tiene una muy buena tasa de éxito medianto una terapia congnitivo conductual. Fuera de eso la psicología tiene la misma validez que un un coach que no quiera estafarte o un chamán que no quiera estafarte y lo siento a quien le duela, pero es así.
Mi experiencia personal fue nefasta y por ello perdí toda la confianza con estos estudios de psicología.
Mi hijo mayor, en su niñez y adolescencia fue una piedra en el zapato para sus profesores en la escuela, era un anarquista.
No hacían más que llamarnos a reuniones que si no podemos con él, que si vive en su mundo, que no acata ninguna regla, que nos está volviendo locos, etc.
En casa era un niño normal, quizás un tanto curioso e investigador e inventor, pero normal a fin de cuentas, muy de casa y respetuoso con nosotros (sus padres)
Después de muchas reuniones, algunas con cabreos y muy mala leche, y la psicóloga de la escuela no daba con nada ni pie con bola, nos dijo que estaba muy mal y lo teníamos que tratar psicológicamente .
Finalmente lo llevamos a un psicólogo según el requerimiento de la escuela. Eso no sirvió absolutamente para nada (pero cada visita 50 pavos) y ese mismo psicólogo nos derivó a otra psicóloga que tampoco sirvió absolutamente para nada pero cobraba bastante.
Finalmente hablamos con el inspector de la Generalitat y lo cambiamos de escuela en medio del curso académico. Estamos hablando de 5º de primaria. Eso parece que funcionó. Me jodió apartarlo de sus compañeros y amigos pero era tal la animadversión que le pillaron profesores y tutores y la psicóloga del cole que no hubo otro remedio. El inspector nos dio la razón y accedió al cambio.
Finalmente acabó la ESO y hoy es técnico de robots y PLC's trabajando de mantenimiento en la industria del automóvil, tiene 29 tacos.
Nunca más, pero nunca más, acudiré ni para mí ni para mi familia a un psicólogo, lo siento pero gato escaldado del agua fría huye
#54 Por lo que cuentas parece tu hijo tiene altas capacidades. Con éstos, si no vas a un especialista que conozca el tema, le pueden encontrar de todo y en realidad no tiene nada más que sus diferencias intrínsecas, y la necesidad de aprender a gestionarlas.
No os gastéis mucho en uno privado, yo voy a la de la Seguridad Social y no vale de mucho* pero al menos no te trinca la pasta, y me tiene el diagnóstico hecho. Y que no os cause temor ni estigma.
*No me dice nada que no sepa, ni sí quiera a nivel técnico.
#15 Yo creo que se ha hecho mucho trabajo experimental aprovechable en el marco cognitivo, aunque no te convenzan sus categorías teóricas (siempre puedes traducir sus resultados a tus categorías). Hay un mundo entre la corriente cognitiva y, por ejemplo, la escuela lacaniana.
#19 Si no lo niego. Avances hay y no es algo inútil.
La cosa es que desde la ciencia controlar y predecir la parte cognitiva y lo que pensamos es complicado, controlar y predecir lo que hacemos y dónde estamos es más fácil.
Ten en cuenta que el pensamiento es asociativo, si te cambias de lugar o de hábitos tendrás otros pensamientos.
Aparte se han hecho experimentos donde se aplican a un grupo cognitivo-conductual y a otros solo conductual, los resultados son parecidos osea que la parte cognitiva supone mucho esfuerzo para pequeños resultados y toda la mejora es tribuible a lo conductual.
Al final todas son cognitivo-conductales es cierto que todas mezclan ambos. La parte cognitiva puede servir para analizar procesos, especialmente los conscientes/racionales. Pero en general toda la parte cognitiva tiene mucha morralla, que si bien es cierta en muchos casos, no es tan efectiva como tratamiento psicológico.
A mi cuando acudí me hizo más mal que bien. Revivir mierda que tengo enterrada, a mi sinceramente, no me ayudaba nada. No se hasta que punto eso de tener que acudir a experiencias traumáticas para luego corregir actitudes que te han provocado tiene alguna base científica. Sin ser psicólogo a mi siempre me ha ayudado más aprender de las malas experiencias pero no traerlas una y otra vez a la memoria, sino intentar olvidarlas. En mi caso creo que la persona que me tocó entraba más en el perfil de: El profeta. Me trataba de inculcar de que tenemos que mirarnos al espejo cada día y mentirnos con cosas postivas sobre nosotros, en lugar de buscar el camino de la autosuperación y no necesitar mentirse, que es lo que yo pienso. No dudo de que habrá profesionales maravillosos, pero yo no he vuelto. Me han ayudado mucho más amigos que profesionales.
Tengo una psicóloga muy buena que me habla como una amiga y me habla también de ella para que me abra.
Anteriormente tuve una que me decía que si seguía con la ansiedad me iba a dar cancer, que era una de las cosas que lo provocaba.
Hay buenos y malos como en todas las profesiones, pero podrían hacer pruebas psicológicas para ejercer.
Ya te digo.
#82 Exacto. Eso mismo pienso yo.
Psicologo, curas modernos, hasta hace dos décadas se negaban a medicar, ahora piden poder hacerlo. Al verse inservibles excepto para fobias clásicas como miedo a volar o a las arañas, se han metido en todos los campos de otras profesiones, como psiquiatría, sociologia, pedagogía, trabajo social, sacerdote....
#25 Lo último son los life coaches.
De todos los años que llevo en menéame, este es el artículo más absurdo que he leído y los comentarios más ignorantes
#35 igual que tu comentario. Que casualidad! 😂
#35 Gracias
#35 Pues llevarás muchos años, pero artículos más absurdos que esté suben a portada casi a diario, y los comentarios de ignorantes sobre cualquier noticia a miles.
#35 se nota que eres psicólogo
Los sistémicos como el Nardone siempre hacen teorías muy bonitas y poco eficaces.Y siguen...
#78 Creo que te equivocas. Justamente Nardone es uno de los terapeutas más eficaces que existen, especialmente en lo relativo a trastornos fóbicos y obsesivos. Nardone es terapeuta breve estratégico, no sistémico.
#89 De la familia, no creo que sea mal terapeuta pero los sistémicos, damilia estratégico hacen mejores teorías que praxis.Leí algo suyo.Soy psicólogo clínico y forense( por oposición).30 años de experiencia.
Un buen psicólogo es el que basa su técnica en el conocimiento científico disponible, en la evidencia y dudo que haya algo así fuera del ámbito cognitivo-conductual (otra cuestión es la clarificación teórica: cognitiva o conductual). Eclécticos, humanistas, empáticos, psicoanalistas varios, gestalt y demás fauna deberían ser integrados en la misma categoría que los tiradores de cartas.
#11 es más apurando lo cognitivo sobra, conductual a secas
#11 #15 A ver... el conductismo "a secas" es la llamada "primera generación de terapias", de los tiempos de Skinner y antes aún ( https://es.wikipedia.org/wiki/Terapias_cognitivo-conductuales#Ra%C3%ADces_de_la_Terapia_Conductual ). Hoy día se considera superada y sólo se aplica en casos puntuales.
La cognitivo-conductual se sigue usando ampliamente (análisis funcional de la conducta), pero las de tercera generación tienen además en cuenta el contexto, no sólo la persona (relación de la persona con su ambiente). https://es.wikipedia.org/wiki/Terapia_de_aceptaci%C3%B3n_y_compromiso --> "Es la más conocida dentro de las denominadas Terapias Contextuales o Terapias de Tercera Generación, siendo, de todas ellas, la que goza de mayor evidencia empírica."
¿En qué categoría metes tú a los sistémicos, #11? ( https://es.wikipedia.org/wiki/Terapia_sist%C3%A9mica ) Nardone, el autor que cita #0, iba de ese palo. Aplicar la cibernética y la Teoría General de Sistemas ( https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_sistemas ) a la psicología no es fácil, por todas las variables que entran en juego. Por eso las TCC (cognitivo-conduct.) fallan a veces: porque son reduccionistas. Te sorprendería la cantidad de veces que la gente mejora con terapias humanistas, Gestalt y demás. Y muchas otras veces es perder tiempo y dinero. No se puede generalizar en psicología; cada persona es un mundo (enfoque ideotético vs. nomográfico: https://psicologiaymente.com/personalidad/diferencias-entre-enfoque-ideografico-y-nomotetico )
#58 Porque le pongas el convencional título de primera generación al conductismo como si fuera algo superado no por ello deja de ser la única psicología científica existente hasta el momento. Skinner no quiere hacer una teoría explicativa de las causas de la conducta, sino una teoría del control de la conducta. En ese sentido, las derivaciones posteriores confirman eso de que a veces más es menos.
#58 Lo de las generaciones es difuso más o menos el análisis funcional es de la tercera y se llaman con muchos nombres tercera generación, contextuales, nueva generación
En verdad fueron una reacción a que el modelo de Beck y la terapias se basaban mucho en intentar controlar los pensamientos y formas de entender el mundo que generaban problemas (distorsiones cognitivas les llaman) y hacerlo desde el principio y algunos terapistas solo aprendían y aplicaban esa parte...
los de la tercera generación decían que eso es imposible los pensamientos no se pueden controlar y menos desde el principio,primero cambia lo que haces y ya luego cambiará la forma en la que piensas (si es que eso importa). Por eso la parte cognitiva les sobra, no forma parte de la terapia. En concreto ACT es que ni siquiera le da importancia a los pensamientos, los trata como un proceso latente de tu cuerpo sin la mayor importancia.
No conozco la sistémica como para poder clasificarla o opinar.
#62 Skinner lo dejo todo tan bien atado que es es difícil llevarle la contraria. El problema es que en muchos casos el modelo de caja negra probabilística descriptiva de queda corto.
#68 Como yo lo veo, sin ser psicólogo. Lo que propone Skinner es introducir aquellas variables que hacen posible un control efectivo de la conducta del sujeto particular (con su condiciones innatas y experiencia particular). En este sentido cuando se alcanza un control efectivo de la conducta sobran categorías ajenas al ámbito de la conducta y allá donde se resiste este control efectivo tampoco aportan nada.
#58 las intervenciones sistemas no cuentan con evidencia que las sustente. Así que entran en el mismo cajón que la gestalt, los humanistas o los homeópatas. El a la gente le funciona es lo más cutre que hay cuando hablamos de salud.
#76 Eso díselo a la gente a la que le funciona... Posiblemente serán "bobos inducidos por una suerte de efecto placebo", no?
#86 Mi criterio para diferenciar es éste: si tienes que creer en ello para que funcione, no es científico (aunque a veces "funcione"). Pero lo cierto es que en Psicología la actitud del paciente es crucial. Una quimio te puede curar un cáncer, aunque te la apliquen por la fuerza. Sin embargo ninguna terapia te funcionará si no colaboras con el terapeuta y estás abierto a la posibilidad de que recibirla puede hacer que te encuentres mejor. Si los medicamentos placebo "funcionan" (esto está descrito y demostrado), ¿cómo no van a funcionar las terapias en las que crees? A mí me daría risa que me intentaran curar la tristeza con imposición de manos pero, si creyera que puede hacerlo, posiblemente haría todo lo que tengo que hacer para curarme y me curaría.
En el extremo opuesto tengo un caso cercano. Una persona que cuando ha acudido al psicólogo lo ha hecho de forma desafiante y 100% escéptica. En plan "si eres tan buen psicólogo, adivina lo que me pasa". Su opinión acerca de la terapia psicológica es que no sirve para nada, claro.
CC #76
#98 No tengo yo nada claro que una quimio cure el cáncer, aunque no sea impuesta. Ni sabemos exactamente qué causa el cáncer, ni sabemos qué lo cura. Hay estudios, sí. Y estudios que contradicen a otros estudios. Y la estadística, la maldita estadística... que funciona muy bien con las masas y muy mal con el individuo. Por eso estoy tan convencido del "método ideográfico" (customizado, personalizado) y de que la psicología, a día de hoy, tiene mucho más de arte de que ciencia (como tantas otras cosas).
#58 Lo conductual es lo fácil y barato.Hay muy buenos psicólogos eclécticos,integrativos, humanistas como los hay conductistas.
Es obvio que la psicologia privada tiene incentivos perversos. Le interesa que el paciente este permanentemente enfermo a fin de ordeñar la vaca el mayor tiempo posible y en caso de hacer bien su trabajo y curar al paciente pierde su fuente de ingresos luego es lo ultimo que querria bajo la logica del beneficio privado.
#33 Es una visión miope (que ojo, no digo que no haya psicólogos con esa misma visión miope).
Cuando un psicólogo es bueno se obtienen avances en un número acotado de sesiones, y el boca a boca hace el resto. A esa persona no le va a faltar trabajo.
#53 tienes razón aunque creo que el argumento de #33 sigue siendo totalmente válido éticamente hablando. Este tipo de prácticas que de bien seguro existe (no tengo pruebas, ni tampoco dudas, sí experiencias relativamente cercanas) deberían ser desalentadas. No hay otra manera de hacerlo, claro está, que invirtiendo más en sanidad pública y sobre todo en una mejor formación en todos los sentidos posibles, entre otras cosas.
#33
Un terapeuta con un índice de resultados positivos bajisimos.
La medicina es parcialmente una técnica basada en el ensayo y error, y una tecnología basada especialmente en el conocimiento científico que proviene de la fisiología. La psicología tiene un estatuto científico bastante complejo porque no depende de la fisiología (ocurre más bien al revés) y tiene un carácter relacional (organismo-medio). Se trata de una técnica de análisis, predicción y modificación de conducta, no de una ciencia explicativa.
Yo sigo a este señor últimamente...
Prefiero un psiquiatra.
Cuando leo estas cosas, me hace dudar mucho del valor científico y/o médico de la práctica de la psicología...
Falta el terapéuta prostituta.
#87 ¿Ese cuál sería?
#88 El que finge interesarse intensamente por tí y tu bienestar durante tres cuartos de hora en su bonito despacho, te cobra entre cincuenta euros y bastante más, y pasa al siguiente cliente, todo mientras piensa en algún artículo que vió en el Corte Inglés, o si tendrás algo contagioso.
(Estoy de broma. Algo. Todos mis respetos a las prostitutas por necesidad extrema, esclavitud o hasta vocación de hacer el bien, que en algún caso hasta pueden ser mejores terapeutas que muchos profesionales)
O sea, siempre.