
Hace tan solo un par de semanas, Santiago Abascal amenazó al programa "Malas Lenguas" de RTVE tras una pregunta de la reportera Esther Yáñez. twitter.com/MalasLenguasLa2/status/1938606451703919002
Hoy, esa misma periodista está siendo acosada por la extrema derecha mientras intenta informar desde Torre Pacheco:
twitter.com/riojaberon/status/1945184929232359913
twitter.com/remerikos/status/1945184409612652632
twitter.com/_Juan__A/status/1945193620455190821
twitter.com/SER_Murcia/status/1945185056785371278
Le lanzan agua, la rodean, la hostigan y la obligan a alejarse mientras la persiguen al grito de "zorra", "cerda", "asquerosa", "fuera de aquí"... a coro con "Pedro Sánchez, hijo de puta".
Policía Nacional y Guardia Civil escoltaban a Vito Quiles:
twitter.com/La_SER/status/1945189048437350730
Así, con todo.
Unos señalan.
Otros hacen su parte.
Apenas queda nada de lo que antes se llamaba conciencia de clase obrera. Es más, muy pocos se ven como "obreros", en todo caso "trabajadores". Es lo que somos la gran mayoría, pero tampoco tenemos marcada esa identidad ni nos sentimos parte de una misma clase trabajadora. ¿Por qué ocurre esto?
Hace unos días, en una entrada sobre por qué pagamos impuestos, comentaba sobre el individualismo egoísta difundido en las últimas décadas con las ideas neoliberales, en oposición al concepto de sociedad. Con ese egoísmo algunos defienden no pagar impuestos, ya que se ahorrarían un pico de sus ingresos, pero no entienden cuánto les costaría que no existiese nada de lo que pagamos con ellos.
El individualismo egoísta nos ha impregnado a todos, al menos en parte, aunque no nos demos cuenta. Se han desdibujado ideas que formaban parte del debate público, como sociedad o bien común. Y con ellas se han perdido los conceptos de unidad y clase social.
Sin esos conceptos no podemos tener identidad de clase. Y sin ésta no es posible la lucha de clases. Por eso Thatcher y toda la derecha neoliberal niegan el concepto de sociedad.
El individualista no pelea por su clase, únicamente por sí mismo, por eso se queda solo. No es como las kellys o los reponedores del super, por supuesto. Ni siquiera como los trabajadores de otras categorías en su empresa. Le importa lo suyo. Si otros hacen huelga, le molesta. Si por una vez él quiere huelga, los demás son insolidarios por no defender SUS intereses. No existe la clase porque no entiende lo común, sólo existe el YO, individual y egoísta.
Curiosamente, con otras identidades no hay problema. Nuestro amigo trabaja, pero también es un inversor: tiene 27 acciones del Santander y 400€ en un fondo. El banco le envía cartas explicando lo que conviene a inversores como él. Y lo tiene claro, lo que le viene bien, individualmente, es que bajen los impuestos a los beneficios del capital... aunque no haya un instituto público en 20km a la redonda y tenga que pagar las cuotas "voluntarias" de un concertado para sus hijos.
Quizá nos reconozcamos en alguna de las cosas que menciono. No somos conscientes de hasta que punto es omnipresente ese individualismo egoísta. Y tenemos que unirlo al otro gran éxito de las últimas décadas: todos somos clase media, por lo que tampoco tiene sentido la lucha de clases. Ya sabes, el frutero de la esquina es de clase media e inversor, como Amancio Ortega y como tú, que eres administrativo, pero la funcionaria del DNI es una privilegiada...
Mucha gente que se considera de izquierda piensa así. Y a menudo culpan a otros identitarismos de la falta de conciencia de clase. En especial a identidades feministas o de género, pero sorprendentemente nunca a identidades nacionalistas, liberales o anticomunistas, por ejemplo. Ni a otras, bendecidas por el capitalismo y de las que también podría alegarse que desmovilizan políticamente, como ser gamer, futbolero, trekkie, o cualquier otra cosa que "somos".
Pero es absurdo. Ser feminista no impide sentirse de clase trabajadora, como tampoco ser un gamer. Es más, la llamada izquierda identitaria es de los pocos colectivos que están dispuestos a movilizarse, a diferencia del individualista inversor patriótico, que cuesta horrores sacarle del sofá y prefiere culpar de su salario ridículo al gobierno en lugar de a su empresa, que lleva varios años en record de beneficios por las subidas de precios. Esto puedes verlo en cualquier manifestación pro-derechos laborales o servicios públicos: buena parte de los que están son los mismos que acuden a manifestaciones pro-derechos LGTB+ o feministas. Ellos sí se movilizan.
Quizá por eso la derecha odia tanto a la izquierda identitaria. En esa izquierda hay gente que entiende lo que significa unidad y defensa de lo común, no actúan sólo como individuos egoístas, y por eso son de los pocos a los que aún les queda algo de conciencia de clase.
Llevo toda la tarde leyendo subreddits sobre distintas partes de España y veo mucha gente animando a extranjeros a venirse, diciéndoles que todo bien por aquí, que chill, que es barato para ellos. Que se vive muy bien...
Luego esos mismos españoles se quejan de las condiciones de vida, de que todo está caro y los salarios son bajos.
De verdad, no entiendo como no se dan cuenta que por una parte animar a la gente a venir encarece los precios del alquiler y de todo en general. Que convierte las ciudades en parques para turistas y guiris y luego se quejan de esos efectos y de cómo nos expulsan a nosotros para que ellos con salarios básicos de sus países vengan aquí a expulsarnos.
Si estás en reddit tienes que decirles que esto es una mierda, que hay cosas que van mal, que la gente está arta para que no vengan. En serio, el loro aprendió a decir oferta y demanda y se sacó el título de economía. Tú también puedes.
Habla mal de españa, de tu ciudad, di que hay conflictos. Mirad a los franceses como son gilipollas con otros europeos para que no les encarezcan las cosas, como si intentas hablar francés te cortan rápidamente.
En España hablamos mal el inglés, y si nos cruzamos con guiris no hablamos, no los integramos, que se vayan, que no nos gentrifiquen. Espabilad
En El Economista están que se salen en lo que es cometer errores matemáticos en sus informaciones. El último directamente lo han sacado en la portada: es el típico error de que si A es un tanto por ciento menor que B, entonces B no es el mismo tanto por ciento mayor que A. Madrid tiene un 63% menos de firmas públicas que Cataluña (103/277=0,37), pero Cataluña tiene un 169% mas de firmas públicas que Madrid (277/103=2,69).
Es habitual que se den enormes contradicciones en el entorno de la extrema derecha y la derecha extrema. Y en relación a lo sucedido estos días en Torre Pacheco (Murcia) no hay excepción.
La primera gran contradicción: votantes, militantes y exmilitantes del PP, en este último caso tenemos al propio Santiago Abascal, que critican abiertamente la llegada de inmigrantes, cuando fue durante la presidencia de los gobiernos de José María Aznar López (1996-2004), el momento en el que se firmaron acuerdos con numerosos gobiernos de diferentes continentes, para traer cupos de migrantes a España, a pesar de que en ese tiempo había un número significativo de desempleados/as en nuestro país.
Segunda gran contradicción: no reconocer los orígenes étnicos. En diversas imágenes que se han proyectado estos días sobre sujetos que no viven en Torre Pacheco, pero que se han desplazado para sumarse a los ataques fascistas ocurridos en esa localidad murciana, se ha podido ver al menos dos sujetos de ultraderecha que tienen la piel mucho más oscura que la del dueño del Kebab asaltado por la turba neonazi. De hecho, al menos uno de esos dos individuos, tiene unos rasgos étnicos que seguramente se deban a que dicho sujeto tenga antepasados moriscos. Es decir, tus ancestros provienen del Norte de África y tú te crees diferente a la población del Magreb.
Recordemos que el fascismo es el brazo armado del capitalismo.
www.newtral.es/las-regularizaciones-extraordinarias-de-inmigrantes-que
menéame