Hace tres años se nos quemaba la Sierra de la Culebra, el mayor incendio forestal de España.
Descubrí, sin sorpresa, que los responsables políticos fueron negligentes en la prevención, irresponsables durante la extinción y soberbios cuando todo terminó.
Juan Carlos Suárez-Quiñones, en primera persona, debería haber asumido las consecuencias y dimitir ante un historial absolutamente demoledor de gestión del medio ambiente.
Se organizaron manifestaciones, se leyeron comunicados, se llevaron árboles quemados a la sede de la Junta de Castilla y León, se protestó durante todo el verano y el resto de año.
En mi caso arranqué una campaña de recogida de firmas y traté de hacer algo de ruido mediáticamente. Todos sabemos que change.org no es más que una plataforma de recogida de datos personales, poco le importan tus causas, pero fue una forma más o menos efectiva de llamar la atención.
En esta misma casa publiqué varios artículos describiendo el asunto:
Y aquí estamos, de nuevo, con un Quiñones más Mazonizado que nunca.
En sus espaldas los incendios forestales más grandes de la historia reciente de España. Con muertos, heridos, evacuados, tirando de voluntarios... con un Patrimonio único arrasado.
Siempre pensé que Quiñones debería tenerle miedo a poner los pies en Zamora, pero la única pregunta que me hago ahora es si ganarán con mayoría las siguientes elecciones o con mayoría absoluta.
¿Sabes qué es el westsplaining o explicación occidental?
Cuando otra persona explica tu drama... en tu lugar.
¿Qué hace que una tragedia sea "comprensible"?
En el mundo occidental, no basta con la sangre para entenderte; hay que expresarla con un lenguaje comprensible, reformularla en un formato analítico, explicarla desde la voz de un "experto blanco"... para que sea creíble.
Westsplaining: Es cuando el oprimido se convierte en un "objeto de estudio" y el colonizador, en un "analista comprensivo".
Que tu historia la cuente alguien que no la vivió y luego exija que estés de acuerdo.
Pero va más allá de la comprensión... es una nueva forma de control. Porque quien te explica también se arroga el derecho de redefinirte... o de silenciarte.
Explicar no siempre significa comprender, y a veces... es la forma elegante de negar.
En Palestina, se le pide a la víctima que explique con calma su enojo, para no perturbar la noción de "ambos lados". En África, un informe que evalúa el continente se redacta en términos colonialistas y luego recibe una medalla internacional... en nombre del "desarrollo".
En su famoso ensayo "¿Pueden hablar los oprimidos?", Gayatri Spivak pregunta: "Incluso cuando los oprimidos hablan, ¿alguien los escucha? ¿O sus palabras son repetidas en el idioma del otro hasta que pierden su significado?"
El westsplaining no te calla.
Incluso permite que salga tu voz... siempre y cuando no sea realmente la tuya.
Esta forma de explicación no es más que una reproducción de la tutela... bajo la máscara del análisis.
El westsplaining no es un fenómeno nuevo, sino la prolongación de una larga hegemonía cognitiva occidental.
En su libro "Orientalismo", el escritor palestino Edward Said explica cómo Occidente inventó un "Oriente" a su medida: sensual, caótico, emocional e irracional. Su objetivo no era conocerlo, sino moldearlo... gestionarlo a su antojo.
Hoy, los pueblos no están representados en pinturas, sino en boletines de noticias, documentos políticos y foros de "paz"... donde se discute el destino de una nación entera sin que ninguno de sus miembros sea escuchado (como ya se hizo con la partición de Palestina).
Quien monopoliza la interpretación, monopoliza el derecho a definirte... y puede borrarte del debate sin alzar la voz.
El término westsplaining no surgió en un aula académica; nació en medio del conflicto. En 2017, voces de Europa del Este comenzaron a denunciar el tono condescendiente con el que Occidente abordaba sus problemas.
El "experto" occidental les explicaba la guerra, la OTAN... y concluía: "No entendéis los entresijos del juego".
Así nació el término, primero como una broma ácida:
"Occidente está explicando de nuevo" ("The West is explaining again").
Pronto se convirtió en un arma contra la tutela del centro. Con los años, *activistas palestinos y africanos* lo adoptaron al entender que la violencia no solo ocurre en el campo de batalla, sino también cuando otros reexaminan tu sangre como si tú no supieras por qué se derramó.
En Palestina, a la víctima no solo se le exige silencio, sino que lo exprese con el lenguaje adecuado.
Condenar su ira, justificar su catástrofe y replantear el crimen... en nombre de la "comprensión".
Se le presenta un "plan de paz", igual que esos "planes de desarrollo" impuestos a África: diseñados en Washington o París, y luego enviados a los pueblos como si fueran destino escrito.
En ambos casos, la realidad es reescrita sin su consentimiento.
La voz es purgada de su tono original... para hacerla presentable.
Cuando el análisis encubre el control, la persona es enterrada dos veces:
Una, bajo los escombros.
Otra, en un informe escrito en su nombre... sin su permiso.
El westsplaining no niega tu existencia; la reconstruye para ajustarla a su relato.
Puedes hablar... pero solo si tu voz no incomoda.
¿Hablar? Sí, pero en el lenguaje del académico blanco, en términos de "complejidad" y "equilibrio"... no en el lenguaje del duelo, la sangre y la memoria.
Por eso, recuperar la voz propia no es solo exigir representación, sino arrebatar el derecho a que te narren como eres. ¡Y ay de ti si apoyas o no condenas a la resistencia! Entonces perdiste la oportunidad que te brindó occidente de ser alguien de quien apiadarse.
Anónimo
Trump demuestra que siempre se puede caer más bajo y ahora ha dado muestras de su escaso nivel en matemáticas al asegurar que: «Esto es algo que nadie más puede hacer. Vamos a bajar los precios de los medicamentos. No un 30 o un 40 %, que sería genial, ni un 50 o un 60 %. Los vamos a bajar un 1000 %, un 600 %, un 500 %, un 1500 %». Y me imagino que si alguien le intenta decir que es un error, ordenará cambiar los manuales de matemáticas para incluir sus peculiares cálculos.
Las cuentas de twitter vinculadas a la ultraderecha llevan varios días explotando los ataques de Vox a la Conferencia Episcopal por defender la libertad religiosa de los musulmanes en Jumilla. El mensaje siempre es el mismo: sólo Vox se atreve a enfrentarse a los grandes líderes del sistema, por poderosos que sean, para defender España. Sólo Vox planta cara a una Iglesia vendida al bipartidismo.
Para entender lo acontecido, hay que tener muy en cuenta este tweet de la cuenta oficial de Vox x.com/vox_es/status/1953563575475482876 :
¿Quién es ese cardenal que, como Vox, usa el término "islamismo" para satanizar a todos los musulmanes y llamarles bárbaros, evidenciando que el discurso voxero no nace de España sino que es traducción al castellano del argumentario de la ultraderecha internacional? Podéis encontrar muchas cosas sobre él en internet, pero creo que esta frase le define especialmente www.swissinfo.ch/spa/el-cardenal-guineano-robert-sarah,-adalid-de-los- :
«Lo que en el siglo XX fueron el nazismo, el fascismo y el comunismo lo son hoy las ideologías occidentales sobre la homosexualidad y el aborto, y el fanatismo islámico»
Sarah representa como nadie la paradoja del fundamentalismo religioso: ataca a los fundamentalistas de otras religiones cuando él representa, a nivel occidental, lo más parecido a ellos (persecución de la homosexualidad, prohibición del aborto...). Sarah demuestra que, para el, son tan enemigos los musulmanes como el movimiento LGTBI o el feminismo. Sarah, como Vox, es integrismo ultracatólico. Y, como Vox, piensa que quienes no siguen su ideario decimonónico no son Iglesia (en el caso de Vox, afirman que quienes se oponen a ellos no son España, véase www.meneame.net/m/Artículos/primero-fueron-musulmanes-sabes-significa ).
Por tanto, Vox no se enfrenta a la Iglesia. Se enfrenta a cualquier posición de la Iglesia ajena al ideario ultracatólico acogido por la extrema derecha. Vox quiere una España sometida al ultracatolicismo preconciliar, y por eso considera enemigos a todos los que no comulguen con ello...aunque sean curas (e, incluso, aunque tal discrepancia no sea permanente sino sólo puntual). Y esto no es nuevo. Ved este vídeo, sobre todo a partir del minuto 1:08
Falangistas y guerrilleros de Cristo Rey gritando "Tarancón al paredón". Este cardenal representaba, en los estertores del franquismo, al sector más aperturista y pro democracia de la Iglesia. Estaba amenazado de muerte por ello. Los fascistas le odiaban aún más que a los rojos, porque era alguien que, debiendo ser de los suyos, les había "traicionado".
Por tanto, no hay nada nuevo en que la ultraderecha patria ataque al clero que no asume sus posiciones preconciliares. Lo novedoso, y el súmmum de la desfachatez, es que intenten presentarlo como un acto revolucionario en el marco de la propaganda de un partido que, como muestran sus propuestas políticas ( aquí una pequeña recopilación www.meneame.net/m/Artículos/juan-manuel-prada-vox-disciplina-arcano ) es el más descarado defensor de los privilegios de los poderosos y de la destrucción de los pocos derechos que hoy tiene la clase trabajadora. Aunque, ciertamente, Vox es experto en propaganda tan chapucera que alcanza el absurdo. Hace unos días vi un tweet suyo donde decían que habían logrado dos hitos en la defensa de los españoles que ningún otro partido había alcanzado. Los dos hitos eran pactar con el PP el cierre de un centro de menas y la prohibición del rezo de los musulmanes jumillanos en los espacios públicos. De salarios dignos, reparto de la riqueza, servicios públicos de calidad y pensiones decentes ya hablamos otro día. O mejor nunca.
Martín materializó su llegada con un retraso de veinte minutos, una constante cronométrica a lo largo de los quince años de nuestra relación. En su día, fuimos dos licenciados convencidos de que nuestra existencia iba a alterar el curso del mundo. Ahora, él ejercía de subdirector de Innovación Social en una consultora de escala global, y yo coordinaba proyectos para una ONG cuyo principal benefactor era, precisamente, dicha consultora.
Descendiendo del Tesla de su mujer, guardó las llaves en el bolsillo de una chaqueta de lana merino cuyo precio superaba el salario mensual de la camarera que estaba a punto de atendernos. La justificación fue una asamblea sobre vivienda social. "Muy productiva", sentenció con esa pátina de fatiga virtuosa que había perfeccionado. "Hemos aprobado un sistema de turnos de palabra más democrático. Dos minutos por intervención, para garantizar la pluralidad".
Le pregunté por el número final de intervenciones. "Tres", admitió. "Falta cultura participativa". Omitió que él había sido uno de los tres oradores, ocupando siete minutos en exponer la necesidad de ser breves.
El café era un arquetipo del nuevo ecosistema del barrio: ladrillo visto, flora colgante y mesas de madera con un pasado convenientemente reciclado. En la pizarra, el cortado se cotizaba a siete euros y medio. Un establecimiento impensable en nuestros años de estudiante, cuando el aire olía a aceite reutilizado y alquileres asequibles. Ahora, el aroma dominante era una mezcla de café de origen único y gentrificación.
Nos acomodamos junto al ventanal. El exterior ofrecía un desfile de maletas con ruedas, riders eléctricos y algún residente autóctono navegando por su propio barrio como un turista accidental. Una señora de unos setenta años se detuvo, examinó el menú con la perplejidad de un arqueólogo y reanudó su marcha. Quizás recordaba que allí mismo, antes, una mercería le vendía hilos por céntimos.
La camarera se aproximó. Unos veinticinco años, rapado lateral, un flequillo asimétrico y una camiseta de algodón orgánico con un eslogan feminista en un idioma que no era el suyo. Martín la ubicaba. Me había contado su biografía: un máster en Estudios de Género y un trabajo sin contrato en el café. "Dos cortados sin azúcar", ordenó Martín.
Mientras esperábamos, extrajo su iPhone 16 Pro Max. "Preparamos una campaña contra la desinformación", comentó, los ojos fijos en el scroll. "La cantidad de bulos sobre inmigración es alarmante". Acto seguido, retuiteó un artículo titulado "Cinco datos que desmontan los mitos" cuyo enlace, pude ver después, llevaba dos días dirigiendo a un error 404.
En la mesa contigua, una pareja de treintañeros diseccionaba un documental de Netflix sobre la corrupción institucional. Él, con una barba de diseño y una camiseta vintage de los Ramones que seguramente costó más que la discografía completa de la banda, sentenciaba: "La gente no ve la manipulación". Su camiseta lucía el logo de Transparency International, una entidad investigada meses atrás por la gestión de fondos europeos. Ella, ataviada con cuero vegano y gafas de pasta sin graduación de una óptica "con conciencia social", asentía. Como consultora de transparencia, su último encargo había sido para un ayuntamiento que acababa de adjudicar un contrato público a la empresa del cuñado del alcalde. "El problema", concluyó, "es la falta de formación ciudadana".
Llegaron los cafés en tazas de cerámica artesanal, producto de una cooperativa de mujeres guatemaltecas, según un cartel junto a la caja. Siete euros y medio, me repetí. El bar de toda la vida, dos portales más allá, había cerrado hacía tres meses... vendiendo el café a uno cincuenta.
Martín pasó a detallarme el nuevo protocolo contra el discurso de odio en el instituto de su mujer. "Absolutamente necesario. Los adolescentes están muy expuestos". La semana anterior, un alumno había sido expedientado por declarar en un chat que no le gustaba el reguetón. El informe citaba actitudes discriminatorias hacia expresiones culturales minoritarias. "Hay que educar en la tolerancia", prosiguió. Se había inscrito a un curso de "Comunicación no violenta" impartido por una coach que cobraba doscientos euros por sesiones de "descolonización emocional".
Un grupo de estudiantes de Sociología tomó la mesa del fondo, llegando en dos Ubers para evitar, según proclamó una de ellas, "el metro, que estaba lleno de gente rara". Venían a preparar un trabajo sobre el clasismo en la España contemporánea. La líder del grupo, con un bolso de Oxfam y zapatillas veganas de ciento ochenta euros, dirigía la sesión desde su piso heredado en Malasaña, valorado en medio millón de euros. Su tesis: "Gentrificación y desplazamiento de población vulnerable". "La gente no es consciente de sus privilegios", aleccionaba mientras sorbía un smoothie de doce euros. Su padre era socio de un bufete especializado en recalificaciones urbanísticas.
Martín cambió de tema, elogiando el colegio progresista de su hijo. "Tienen un programa antibullying excelente". El curso anterior, la única alumna gitana de la clase había sido discretamente reubicada en otro centro por dificultades de integración que "generaban conflictos". "La diversidad es fundamental", sentenció Martín, "pero los ritmos de cada niño son los ritmos de cada niño". El centro, concertado y de ideología católica-no-practicante, costaba quinientos euros mensuales. La mayoría de los padres eran votantes de izquierda y asiduos a manifestaciones por la educación pública.
La camarera, sin que se lo pidiéramos, depositó la cuenta. Había escuchado el final de nuestra charla sobre el machismo en el sector tecnológico —Martín acababa de lamentar que el 80% de los directivos de su empresa fueran hombres—. Su turno acababa; le esperaba su segundo empleo cuidando niños en un dúplex de Chamberí. Martín no dejó propina y mientras se ponía la chaqueta, observó: "A estas nuevas generaciones les falta cultura del esfuerzo". Acababa de denegar una solicitud de remuneración a su becaria, que llevaba ocho meses trabajando gratis.
Al salir, un vendedor senegalés exhibía su mercancía sobre una manta. "Vamos andando", propuso para evitar el metro, que a esa hora, según murmuró, se llenaba de gente que daba cringe. El paseo, explicó, era un acto de resistencia contra "el capitalismo salvaje del transporte".
Caminamos por una Gran Vía en obras, flanqueados por obreros, mayormente rumanos y ecuatorianos. "Es una pena la desindustrialización", comentó Martín. "La clase trabajadora siempre paga las políticas neoliberales". Nos despedimos en la puerta de su oficina, una torre de cristal donde se diseñaban estrategias de comunicación para petroquímicas que necesitaban lavar su imagen tras vertidos en el delta del Níger. En el vestíbulo, una pantalla proyectaba un bucle sobre sostenibilidad con "Imagine" de fondo.
Hace poco, el mes pasado… No, en junio, tuve que escribir una escena complicada por muchas razones que ahora no vienen al caso.
Intentaba explicarle a uno de los productores que la escena debía ser contada, narrada desde la óptica del personaje (llamémosle Hache), un señor que adoraba el capitalismo en su pequeña zapatería de ciudad de tamaño medio. Pero que odiaba a muerte que otro empresario hubiera montado otra zapatería dos portales más allá del suyo, mostrando en la historia que el personaje no era capitalista de verdad, donde la competencia liberal es el alma (o una de las almas) del sistema. Acudí con citas sobre capitalismo clásico, citas sobre la competencia y el libre mercado y un largo etcétera para convencerlo de que la escena estaba bien y que conectaría con el público, haciéndoles caer en la cuenta de que ese zapatero (usé la broma) era un capitalista de alpargatas. El productor me miró con esa cara que ponen cuando te van a leer la biblia (la de la b mayúscula, la de los productores, no la de nuestro trabajo, que es con b minúscula) y comenzó a recitar “Productutis 6:21-22”.
“¿Sabes lo que mueve el mundo? La envidia. El capitalismo no es más que una forma de envidia. Yo no soporto, no puedo soportar que el productor Zeta tenga casoplón en Ibiza, y él no soporta que yo sea más guapo que él. Él busca su consuelo, ya sabemos cómo, y yo busco el mío intentando comprar en Canarias una casa más grande que la suya y con un yate mayor que el suyo. Por eso esa escena no le va a funcionar a la serie, un (taco malsonante) zapatero capitalista, venga, hay que rehacer todo eso. Que Hache tenga de amante a la mujer de la otra tienda de zapatería.”
Nunca dejan de sorprenderme y mira que llevo años, muchos, lidiando con ellos.
Tarde casualdera, scroll sin expectativas. Entro a X (o RX, o como se llame ahora que fue comprada por el niño rico de las minas de esmeraldas). Y me topo con esta ranciedad que casi salta de la pantalla a pegarme un lametón de testosterona revenida:
Y aún habrá quien diga que el feminismo ya no hace falta. Que la cosificación de la mujer es cosa de “wokes” y “feminazis amargadas”. Que ahora las charos lo tienen todo ganado y lo único que buscan son paguitas y cuota.
Pero, si se rasca un poco, lo que aparece debajo de estos tuits no es solo misoginia. Es una estructura del deseo profundamente jerárquica y delirante, donde las mujeres no existen como personas, sino como categorías a dominar. El patrón es siempre el mismo: cuanto más ideológicamente autónoma es una mujer, más excitante resulta fantasear con someterla. "Las rojas me la ponen más" no es una frase inocente: es el eco de esa fantasía de humillación sexual como castigo por pensar diferente. Ecos de un pasado grecorromano en el que funcionaba exactamente así, tal cual.
Lo que les pone no es la mujer. Lo que les pone es la idea de doblegarla. Les erotiza el conflicto solo si pueden ganarlo. Quieren hacerles aceptar sus discursos, sus ideas, y si no pueden, al menos sus genitales, a ver si con esa "doma" se les mete algo de “sentido común” a ellas.
Este tipo de hilos no solo huelen a cerrado. Huelen a miedo. A masculinidad caída, y literalmente — escúchese aquí la flautilla bajando a graves — Que solo se sienten bien fantaseando y brabuconeando con otros hombres que piensan similar. A hombres que no entienden cómo ser deseables sin subordinar a la otra persona. Que siguen creyendo que el sexo es una batalla donde si no dominas, pierdes. Hombres cuya polla hace tiempo que dejó de ser un órgano de placer o de encuentro, y pasó a ser un arma ideológica.
Lo más triste es cuando muchas de estas masculinidades ni siquiera han vivido más allá del del sexo con su propia mano, y ya están coaccionadas por redes sociales y un contenido hipersexualizado al que acceden mucho antes de alcanzar la madurez..
Y uno se pregunta —como hombre cis hetero, de hecho me lo pregunto muy fuerte—:
¿Cómo no se han puto vuelto ya todas lesbianas?
Y antes de que os lancéis con el #NotAllMen, que quede claro —aunque estaría muy claro si realmente se hubiera leído algo de feminismo alguna vez—: el “no todos los hombres” no es una excusa.
Se siguen sosteniendo las microestructuras de poder cuando se mira hacia otro lado ante este tipo de desmanes. El pacto patriarcal también es eso: el silencio cómplice, la risa forzada, el "mejor no me meto".
Hoy, sinceramente, solo quiero vomitar con lo que he leído.
Y espero no tener que soportar el clásico “yo tengo madre, hermana, prima o sobrina” para justificar esta basura, porque todos las tenemos. Y aun así, eso difícilmente nos ha impedido reproducir esta violencia simbólica en las redes sociales, ni nos ha dado por pensar que quizás, solo quizás, la soledad no afecta solo a los hombres, o las mujeres.
Está afectando a toda la gente sin empatía.
Me enteré por un tweet retuiteado (éste x.com/Clonazepamers/status/1953011806563139746 )que enlazaba a la página de instagram de la modelo (ésta www.instagram.com/reel/DM7_BJWNuzk/?utm_source=ig_web_copy_link&ig ). La famosa ciclista de onlyfans (tan famosa que El Mundo le hizo esta entrevista www.elmundo.es/madrid/2025/03/11/67cb104821efa041348b459f.html ) deja el negocio y pide que todos sus contenidos eróticos difundidos por internet sean borrados. Literalmente, dice lo siguiente:
🛡️ Tengo derecho a proteger mi imagen. Tengo derecho al olvido.
En virtud del Artículo 17 del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD),
he activado con mi equipo legal el derecho al olvido:
el derecho a eliminar de Internet todo aquello que ya no refleja quién soy ni cómo deseo ser recordada.
Cualquier contenido que esté siendo difundido, compartido o almacenado fuera de sus plataformas originales y privadas será motivo de acción legal inmediata.
Esto incluye vídeos, imágenes, extractos y enlaces que estén fuera de contexto o filtrados sin consentimiento.
⸻
⚖️ Ya no es tiempo de tolerar
Estoy en contacto con abogados y expertos en reputación digital.
Y a partir de ahora, todo lo que circule fuera de lo autorizado —por mínimo que sea—
entrará en un proceso judicial amparado por la ley.
No es amenaza.
Es orden.
Es protección.
⸻
🛑 No voy a cerrar mis cuentas privadas todavía
Algunas plataformas seguirán abiertas durante un tiempo por motivos de gestión fiscal y compromiso profesional.
Pero ya no representan mi identidad pública.
Por eso pido respeto.
Y especialmente, cuidado con lo que se difunde, se comparte o se nombra.
Mi nombre merece ahora silencio, honor y dirección.
⸻
💬 No necesito ser entendida
Quien quiera proyectar sobre mí juicios, etiquetas o desprecio,
sólo está revelando lo que lleva dentro.
Cada crítica habla más del emisor que del destino.
Yo no necesito validación externa.
Mi nueva libertad es poder decidir lo que ya no quiero.
Y ya no quiero estar expuesta.
Ya no quiero ser explicada.
Ya no quiero ser interpretada.
Mi historia ha sido intensa, pero mi presente es limpio.
Y mi futuro… mío.
Desde una perspectiva legal, el tema es bastante claro. El derecho fundamental a la propia imagen es irrenunciable, y si alguien pide que se borren de cualquier página pública de internet vídeos de contenido sexual o erótico que en su día consintió que fueran publicados, ella manda sin género de duda. Deben ser inmediatamente retirados. Otra cosa es que todos los vídeos sexuales y eróticos que en su día publicó hayan sido descargados por miles de personas que los guardan en sus discos duros. En la práctica, no puede obligarles a borrarlos por razones obvias (la principal es que resulta imposible identificar a sus poseedores). Sí puede prohibirles, en teoría legal, que los compartan por grupos de telegram o whatsapp aunque, tristemente, es como poner puertas al campo, sobre todo si esos grupos son privados.
Pero lo importante no es esto. De hecho, pocas cosas hay más intrascendentes que la decisión de una modelo de onlyfans de dejar de serlo (sobre onlyfans y camelos similares ya escribí aquí con mi vieja cuenta www.meneame.net/m/Siénteme/negocio-comercio-falsas-ilusiones-onlyfans). Lo importante son los comentarios en los hilos de twitter y otras redes sociales sobre la modelo. La mayoría dan miedo. Su denominador común es un odio, un resentimiento y una frustración abismales, todo ello en relación con las mujeres en general y las mujeres "libertinas" en particular. Podemos ubicarlos en tres grupos:
-Simples insultos (los clásicos que todos conocemos).
-Las mujeres son entes maquiavélicos que nos usan según les conviene en las distintas etapas de su vida ("jajajaja, ahora que te has follado a media España y te has forrado con ello buscarás a un pagafantas que te mantenga. Todas sois iguales, cuando estáis buenas os acostáis con 10 tíos al día, y cuando os hacéis viejas os acopláis a un subnormal que cargue con vosotras").
-Las libertinas deben cargar con su pecado de por vida para que la sociedad las repudie eternamente ("no, no, no, si te has exhibido en internet follando con tíos ahora tienes que asumir las consecuencias. Que todos los hombres sepan lo que eres y te mueras sola, que es lo que mereces").
Todos estos comentarios son sustancialmente distintos a las diatribas de un cura preconciliar de los años 70 sobre el pecado y la perversión. Y lo son porque, más que responder a una ideología (que también), responden a una amargura superlativa: la del incel rabioso por su soledad. Hay quien piensa que los incels odian porque ninguna mujer querría estar con ellos en ninguna circunstancia. Pero, desde mi perspectiva, en la gran mayoría de los casos no es así, y la causa de su desgracia se encuentra en uno de estos dos supuestos:
-El incel quiere una mujer sumisa, complaciente, enclaustrada y deseosa de ser su animal de compañía. Por suerte, casi ninguna mujer acepta hoy algo así. Esto provoca que ninguna relación le funcione y llena de veneno su alma, llevándole al "todas putas" y a escribirlo mil veces por internet cual alma en pena que repite incansablemente un único lamento en su caserón sombrío.
-El incel sólo quiere liarse con chicas de belleza superlativa y rechaza a cualquiera que no encaje en sus cánones de 90-60-90. En estos casos, el incel es extraordinariamente superficial y, paradójicamente, acusa de superficiales a las chicas que, encajando en sus exigentes preferencias, no quieren liarse con él, obviando que entre la gente superficial suele ser requisito de apareamiento gozar de un excelente físico (o un atractivo alternativo pero igualmente materialista) y, mientras la chica lo tiene, él no.
Como digo, todos estos incels podrían mantener relaciones sanas cambiando el chip y asumiendo otras premisas básicas como que, si una relación les sale mal incluso aunque ellos hayan obrado bien (por incompatibilidad o porque la otra persona no era lo que esperaban), lo más razonable es romperla, en lugar de vilipendiar a su expareja eternamente y, de paso, a todas las mujeres del mundo. Realmente, cualquier opción es mejor que hundirte en un abismo de bilis y dedicarte a satanizar como si fuera Hitler a una tía cualquiera que ha decidido hacer con su cuerpo lo que le pareció oportuno y que, amparada por la ley, ahora pretende borrar en la medida de lo posible el material que elaboró porque sus circunstancias vitales han cambiado. Creo que hay enemigos mucho más poderosos, infames y destructivos para la Humanidad en los que poner el foco.
Investigadores de Microsoft han analizado los datos de más de 200,000 interacciones laborales reales realizadas con Copilot para determinar las ocupaciones con mayor "AI applicability score" o aplicabilidad de IA en el trabajo. Esta investigación y sus resultados han sido reportados en diversos medios, incluyendo Windows Central, Business Insider y Economic Times.
| Título del Trabajo (Abrev.) | Cobertura | Finalización | Alcance | Puntuación | Empleo |
|---|---|---|---|---|---|
| Intérpretes y Traductores | 0.98 | 0.88 | 0.57 | 0.49 | 51,560 |
| Historiadores | 0.91 | 0.85 | 0.56 | 0.48 | 3,040 |
| Asistentes de Pasajeros | 0.80 | 0.88 | 0.62 | 0.47 | 20,190 |
| Representantes de Ventas de Servicios | 0.84 | 0.90 | 0.57 | 0.46 | 1,142,020 |
| Escritores y Autores | 0.85 | 0.84 | 0.60 | 0.45 | 49,450 |
| Representantes de Servicio al Cliente | 0.72 | 0.90 | 0.59 | 0.44 | 2,858,710 |
| Programadores de Herramientas CNC | 0.90 | 0.87 | 0.53 | 0.44 | 28,030 |
| Operadores de Teléfono | 0.80 | 0.86 | 0.57 | 0.42 | 4,600 |
| Agentes de Boletos y Empleados de Viajes | 0.71 | 0.90 | 0.56 | 0.41 | 119,270 |
| Locutores de Radio y DJs | 0.74 | 0.84 | 0.60 | 0.41 | 25,070 |
| Empleados de Corretaje | 0.74 | 0.89 | 0.57 | 0.41 | 48,060 |
| Educadores de Gestión Agrícola y Doméstica | 0.77 | 0.91 | 0.55 | 0.41 | 8,110 |
| Telemarketers | 0.66 | 0.89 | 0.60 | 0.40 | 81,580 |
| Conserjes | 0.70 | 0.88 | 0.56 | 0.40 | 41,020 |
| Científicos Políticos | 0.77 | 0.87 | 0.53 | 0.39 | 5,580 |
| Analistas de Noticias, Reporteros, Periodistas | 0.81 | 0.81 | 0.56 | 0.39 | 45,020 |
| Matemáticos | 0.91 | 0.74 | 0.54 | 0.39 | 2,220 |
| Escritores Técnicos | 0.83 | 0.82 | 0.54 | 0.38 | 47,970 |
| Correctores de Pruebas y Marcadores de Copias | 0.91 | 0.86 | 0.49 | 0.38 | 5,490 |
| Anfitriones y Anfitrionas | 0.60 | 0.90 | 0.57 | 0.37 | 425,020 |
| Editores | 0.78 | 0.82 | 0.54 | 0.37 | 95,700 |
| Profesores de Negocios, Postsecundaria | 0.70 | 0.90 | 0.52 | 0.37 | 82,980 |
| Especialistas en Relaciones Públicas | 0.63 | 0.90 | 0.60 | 0.36 | 275,550 |
| Demostradores y Promotores de Productos | 0.64 | 0.88 | 0.53 | 0.36 | 50,790 |
| Agentes de Ventas Publicitarias | 0.66 | 0.90 | 0.53 | 0.36 | 108,100 |
| Empleados de Cuentas Nuevas | 0.72 | 0.87 | 0.51 | 0.36 | 41,180 |
| Asistentes Estadísticos | 0.85 | 0.84 | 0.49 | 0.36 | 7,200 |
| Empleados de Mostrador y Alquiler | 0.62 | 0.90 | 0.52 | 0.36 | 390,300 |
| Científicos de Datos | 0.77 | 0.86 | 0.51 | 0.36 | 192,710 |
| Asesores Financieros Personales | 0.69 | 0.88 | 0.52 | 0.35 | 272,190 |
| Archivistas | 0.66 | 0.88 | 0.49 | 0.35 | 7,150 |
| Profesores de Economía, Postsecundaria | 0.68 | 0.90 | 0.51 | 0.35 | 12,210 |
| Desarrolladores Web | 0.73 | 0.86 | 0.51 | 0.35 | 85,350 |
| Analistas de Gestión | 0.68 | 0.90 | 0.54 | 0.35 | 838,140 |
| Geógrafos | 0.77 | 0.83 | 0.48 | 0.35 | 1,460 |
| Modelos | 0.64 | 0.89 | 0.53 | 0.35 | 3,090 |
| Analistas de Investigación de Mercado | 0.71 | 0.90 | 0.52 | 0.35 | 846,370 |
| Telecomunicaciones de Seguridad Pública | 0.66 | 0.88 | 0.53 | 0.35 | 97,820 |
| Operadores de Centralita | 0.68 | 0.86 | 0.52 | 0.35 | 43,830 |
| Profesores de Bibliotecología, Postsecundaria | 0.65 | 0.90 | 0.51 | 0.34 | 4,220 |
| Título del Trabajo (Abrev.) | Cobertura | Finalización | Alcance | Puntuación | Empleo |
|---|---|---|---|---|---|
| Flebotomistas | 0.06 | 0.95 | 0.29 | 0.03 | 137,080 |
| Asistentes de Enfermería | 0.07 | 0.85 | 0.34 | 0.03 | 1,351,760 |
| Trabajadores de Remoción de Materiales Peligrosos | 0.04 | 0.95 | 0.35 | 0.03 | 49,960 |
| Ayudantes de Pintores, Yeseros, ... | 0.04 | 0.96 | 0.38 | 0.03 | 7,700 |
| Embalsamadores | 0.07 | 0.55 | 0.22 | 0.03 | 3,380 |
| Operadores de Plantas y Sistemas, Otros | 0.05 | 0.93 | 0.38 | 0.03 | 15,370 |
| Cirujanos Orales y Maxilofaciales | 0.05 | 0.89 | 0.34 | 0.03 | 4,160 |
| Instaladores y Reparadores de Cristales Automotrices | 0.04 | 0.93 | 0.34 | 0.03 | 16,890 |
| Ingenieros de Buques | 0.05 | 0.92 | 0.39 | 0.03 | 8,860 |
| Reparadores y Cambiadores de Neumáticos | 0.04 | 0.95 | 0.35 | 0.02 | 101,520 |
| Prostodoncistas | 0.10 | 0.90 | 0.29 | 0.02 | 570 |
| Ayudantes de Trabajadores de Producción | 0.04 | 0.93 | 0.36 | 0.02 | 181,810 |
| Trabajadores de Mantenimiento de Carreteras | 0.03 | 0.96 | 0.32 | 0.02 | 150,860 |
| Preparadores de Equipos Médicos | 0.04 | 0.96 | 0.31 | 0.02 | 66,790 |
| Operadores de Máquinas de Empaquetar y Llenar | 0.04 | 0.91 | 0.39 | 0.02 | 371,600 |
| Alimentadores y Descargadores de Máquinas | 0.05 | 0.89 | 0.36 | 0.02 | 44,500 |
| Lavadores de Platos | 0.03 | 0.95 | 0.30 | 0.02 | 463,940 |
| Albañiles de Cemento y Acabadores de Concreto | 0.03 | 0.92 | 0.39 | 0.01 | 203,560 |
| Supervisores de Bomberos | 0.04 | 0.88 | 0.39 | 0.01 | 84,120 |
| Operadores de Camiones y Tractores Industriales | 0.03 | 0.94 | 0.28 | 0.01 | 778,920 |
| Técnicos Médicos Oftálmicos | 0.04 | 0.89 | 0.33 | 0.01 | 73,390 |
| Terapeutas de Masajes | 0.10 | 0.91 | 0.32 | 0.01 | 92,650 |
| Asistentes Quirúrgicos | 0.03 | 0.78 | 0.29 | 0.01 | 18,780 |
| Constructores de Neumáticos | 0.03 | 0.93 | 0.40 | 0.01 | 20,660 |
| Ayudantes de Techadores | 0.02 | 0.94 | 0.37 | 0.01 | 4,540 |
| Operadores de Compresoras y Estaciones de Bombeo de Gas | 0.01 | 0.96 | 0.47 | 0.01 | 4,400 |
| Techadores | 0.02 | 0.94 | 0.38 | 0.01 | 135,140 |
| Peones de Petróleo y Gas | 0.01 | 0.95 | 0.39 | 0.01 | 43,830 |
| Sirvientas y Empleados de Limpieza | 0.02 | 0.94 | 0.34 | 0.01 | 836,230 |
| Operadores de Equipos de Pavimentación y Compactación | 0.01 | 0.96 | 0.29 | 0.01 | 43,080 |
| Operadores de Equipos de Tala | 0.01 | 0.95 | 0.36 | 0.01 | 23,720 |
| Operadores de Lanchas Motoras | 0.01 | 0.93 | 0.39 | 0.00 | 2,710 |
| Ordenanzas | 0.00 | 0.76 | 0.18 | 0.00 | 48,710 |
| Lijadores y Acabadores de Pisos | 0.00 | 0.94 | 0.34 | 0.00 | 5,070 |
| Operadores de Pilotes | 0.00 | 0.98 | 0.24 | 0.00 | 3,010 |
| Operadores de Equipos de Colocación y Mantenimiento de Vías Férreas | 0.00 | 0.96 | 0.27 | 0.00 | 18,770 |
| Moldeadores y Fabricantes de Núcleos para Fundición | 0.00 | 0.95 | 0.36 | 0.00 | 11,780 |
| Operadores de Plantas y Sistemas de Tratamiento de Agua | 0.00 | 0.92 | 0.44 | 0.00 | 120,710 |
| Tenderos de Puentes y Esclusas | 0.00 | 0.93 | 0.39 | 0.00 | 3,460 |
| Operadores de Dragas | 0.00 | 0.99 | 0.22 | 0.00 | 940 |
La mutación de Madrid en la ciudad que será mañana se ha acelerado. Hace tiempo que no paseaba por algunos antiguos barrios y me ha sorprendido el grado de deterioro de algunos de ellos. Mientras que hay viejas zonas como Delicias o Embajadores que se están gentrificando, antes habitadas por las clases populares, otras como Conde de Casal se están desplomando. Incluso barrios antes muy cotizados, poblados de tiendas de ropa cara, de profesionales liberales y buenas rentas como Arguelles están en un proceso de lenta pero innegable decadencia.
La milla de Oro de la Ciudad, la Castellana, el barrio de Salamanca, Alonso Martínez, atraen a millonarios internacionales, a turistas de todo el mundo que con sus gustos y demandas borran las señas de identidad antiguas, los viejos bares y comercios, elevan hasta niveles noreuropeos los precios de viviendas y hostelería, y a la vez, a unos cientos de metros más al sur o al este la ciudad se deshilacha entre basura, obras inmensas de utilidad dudosa e inmigrantes y jóvenes provincianos que comparten habitaciones en los bloques con los últimas familias madrileñas: ancianos arrasados por el imparable calor, pasean entre andamios bajo el zumbido de los cientos de aparatos de aires acondicionados. En las aceras entre contenedores rebosantes de vidrios y enseres sin recoger navegan inmigrantes con el móvil en mano, intentando llegar a ese restaurante o ese trabajo de esta ciudad europea desconocida. Los tuk-tuk, entre bicicletas de aurorreparto y negros vehículos de Uber pasean turistas y refuerzan cierto aire de ciudad asiática, pobre.
El rostro bello de la ciudad está sin embargo cerca, en el Prado, los museos, enormes almacenes de lo mejor de la creación humana. Después de la desazón de los barrios, sin embargo, el Thyssen, el Prado, ocultan su función de disfraz, de ropaje alegre que nos hace tolerable esa parte de la realidad que prefiero olvidar, y rápido. La cultura en pleno despliegue de su función medicinal, endulzadora: Me entrego al instante de la contemplación, me pierdo en ella. Cuadros formidables, por ejemplo los de Anna Weyant ahora mismo en el Thyssen vuelven a hacer sentirme bien en mi piel. Pero otra vez fuera, en la calle recuerdo la sensación previa al momento de entrar en el museo: el arte , la arquitectura, del núcleo de Madrid ejerce de coartada, de máscara de las miserias de la ciudad. La fealdad demanda sus afeites.
Y al abrir la web de noticias aún me queda una sensación más poderosa, ansiosa: leo sobre la ocupación de Washington DC por la Guardia Nacional bajo las ordenes de Trump.
Me asombro, me parece increíble, irreal, la falta de reacción del mundo y de su país ante lo que despide un tufo inequívoco a ensayo, y a prueba: ¿ensayo de golpe de estado?¿prueba de hasta cuanto puede forzar la máquina? las noticias de EEUU me producen ante todo estupefacción por la ausencia de respuesta por parte de nadie con poder en lo que, dicen, es la democracia más antigua, más consolidada. Pero esta impunidad, esta falta de resistencia de la fachada institucional americana ¿no es sino un síntoma de que el armazón estaba podrido, de que ese andamiaje solo exigía un fuerte empujón por alguien decidido ( entre los defectos de Trump no está la falta de decisión) para que la puerta cediera, comida por las carcomas?
Y como europeo ¿no hay la misma cobardía sorprendente en la respuesta que ha dado la Unión Europea ante el chantaje del matón? Un aviso que hay que tener siempre presente: si los de a pié hemos de salvarnos no podemos contar con las élites, por muy ilustradas que se reclamen, por mucho que griten que son las depositarias últimas de los valores democráticos. Pero si al primer envite se han rendido, allí y aquí. Lo que desvela que, a las duras, sus intereses y los nuestros, no son los mismos. Si se cae el edificio ellos tienen donde esconderse. En esto no se diferencia Ursula von der Leyen de Elon Musk.
Y cuando subo por el paseo del Prado bajo los castaños de Indias me pregunto si no ocurre esto mismo en mi propia ciudad, en mi mundo. Es este el peor verano desde que hay registros, el fuego arrasa el país de norte a sur. esto se sabía, era previsible. Estamos entrando ya con los dos pies, sin retorno, en las consecuencias del calentamiento global, en la degradación de una globalización sin límite ni norma. Y seguimos visitando museos, playas, comiendo y bebiendo lo mejor que podemos. Olvidando lo que podemos. O no mirando lo que no queremos ver ¿pero y si toda esta estructura estuviera carcomida, de una fragilidad oculta pero radical? ¿y si el triunfo y el éxito de la ultraderecha se debe a que ellos son los únicos que han intuido esta fragilidad y están dispuestos a ayudar a que el edificio se derrumbe?
¿Y qué habrá después del derrumbe? ¿Qué pasará en mi ciudad (que ya cada vez es menos mi ciudad) cuando los veranos sean cada vez más invivibles? Quienes puedan huirán para siempre, o temporalmente ¿pero qué ocurrirá con los miles de habitantes pobres o viejos que no puedan pagar por la huida?¿Habrá dónde huir? La estructura cruje, aunque no queramos oirlo, y no sabemos que ocurrirá el día después . Qué se construirá y conque materiales , quién será el arquitecto. Ahora aún preferimos no saber demasiado en ello, no es de buen augurio.
La ultraderecha ha olido el futuro, mal que nos pese , y se apresta a poner su bandera sobre los escombros que vienen.
remadmalditos.wordpress.com/2025/08/13/madrid-huele-a-escombros/
Una reflexión para todos los que apoyan, defienden, votan, jalean, a la extrema derecha, una extrema derecha que promulga, ya sin disimulo, el fascismo:
Nunca la democracia obligó a nadie a exiliarse.
Hace pocas horas se ha firmado el vergonzoso acuerdo entre Europa y Estados Unidos. Este acuerdo recuerda al que firmaban las potencias con las colonias hace 1 siglo. Europa paga y no recibe nada. No entrare más en profundidad a valorar la vergüenza del acuerdo.
Lo importante, hoy veremos las reacciones de todos, influencers, políticos, medios de comunicación. Ya estamos viendo algunos como Daniel Lacalle, liberal y en contra de los impuestos, aplaudir el acuerdo como algo excelente tener un arancel del 15%.
En la reacción al acuerdo podremos ver quién se ha vendido a Israel, que desde mi punto de vista es la que domina Estados Unidos siendo el lobby más potente, los sionistas son los que rodean los puestos más importantes cercanos a Trump...
Por ejemplo estoy segurísimo que Iker Jimenez no será muy crítico con el acuerdo, ya que no suele hacer críticas al genocidio. Entonces tendremos 3 tipos de personas, los que no se sometan y critiquen abiertamente el acuerdo por vergonzoso. Los que hagan una crítica tímida y los que directamente aplaudan el acuerdo desde Europa.
Quienes sean tímidos en señalar la vergüenza de acuerdo para los europeos y los que aplaudan, son los que están sometidos a Israel principalmente y Estados Unidos. Esta gente sabe que si los critica va a tener problemas y ha preferido venderse.
La élite española seguro que se pone de perfil o incluso lo aplaude como Daniel Lacalle. Seguro que Abascal y Feijoo aplauden, seguro que los principales comunicadores de la fachosfera española aplauden. Y en señalarles cómo venden el país a Estados Unidos y a los amigos de Epstein, igual tenemos algo que rascar.
Veo por redes sociales a influencers de la extrema derecha haciendo lo más cancelable posible por la izquierda. Angel Gaitán plantándo árboles que consumen millones de litros de agua para salvar el medio ambiente. Y claro se le echa medio internet encima para corregirle. Su publicación ya lleva más de 2 millones de visualizaciones. Pero ante los suyos es un héroe que intenta arreglar la agenda 2030 poniendo arbolitos. Adorable a los ojos de cualquier facha.
Otro diciéndo que los impuestos son un robo y se va del país por el acoso de hacienda, algo que la mayoría de la derecha tiene como conciencia. Entonces saben meter el dedo en los temas de la izquierda para movilizar a la derecha.
Se dan cuenta que la izquierda les hace de altavoz con la mayor estupidez posible y de esta manera luego se hacen las víctimas ante los suyos, que les tiran dinero en plataformas como parteon o les compran porque pobrecito lo que está sufriendo de la izquierda.
Se llama "Marketing de cancelación" y tú que te dedicas a cancelarles, a tirarles hate, lo que haces es aumentar su engagement, su alcance y su victimismo.
Así que igual habría que darle una vuelta a nuestra actividad en redes y para no financiar a esta gente con nuestra moral.
menéame