Pongo la tele y veo lo que pasa en Torre Pacheco:
grupos organizados armados con cuchillos, palos y barras de hierro
población aterrorizada
destrucción de mobiliario urbano
grupos atacando a la policía con piedras, cohetes y botellas
una ideología política respaldando y animando a la violencia
y me digo ya está aquí la kale borroka otra vez, el terrorismo de baja intensidad que tan duramente fue perseguido por el estado cuando afectaba a otro tiempo y a otro lugar, a otra situación política.
Desde que la revolución francesa entronizo a la diosa razón, el estado democrático se ha esforzado en presentarse como el mejor de los sistemas políticos posibles, como un remanso de ecuanimidad, de proporcionalidad y de juego limpio.
Pero es un espejismo, una visión idílica creada por la propaganda, porque en realidad todo se basa en la arbitrariedad mas palmaria, a poco que rasques en la superficie aparecen las desigualdades, a poco que apliques el análisis comparativo aparecen las diferencias de trato según sean los protagonistas de los hechos comparados, lo que en un caso es terrorismo, el máximo delito, en otros se trata de incidentes lamentables.
Mientras en unos casos la condena es total y sin matices por parte de los medios y de los políticos. de todos, en otros la cosa tiene muchos ingredientes complejos y hay que dar la voz a todas las partes.
menéame