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Los católicos y el SIDA. La izquierda y la corrupción

A la gente le falla la lógica, y le falla porque quiere. Por mala leche, por partidismo, o por extrema cerrilidad.

Si eres católico, no propagas el SIDA. Porque se te prohibe el condón, pero también el sexo fuera del matrimonio. Por lo tanto, si eres católico, no te importa que se prohiba el condón, y no vas a propagar el SIDA, porque vas a tener sexo solamente con una única pareja que sólo se ha a acostado contigo.

Si hay riesgo, es que alguien ha sido un mal católico. El problema está en ti y no en la norma.

Del mismo modo, alguien de izquierdas no puede robar, porque en el mismo momento en que roba, deja de ser de izquierdas. Sólo se roba cuando se es de derechas, y el propio acto, instantáneo, de meter la mano en la caja, te convierte en un derechista.

Por tanto, los católicos no trasnsmiten el SIDA y los izquierdistas no son corruptos. Se trata de un imposible metafísico basado en la transmutación instantánea de la fe y las ideologías, instantes antes de meterla. La polla en ajena cavidad. La mano en ajena caja.

Es pura lógica.

Es pura teología.

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Notas sobre la corrupción

1 - Parecidos razonables

Algo de determinismo cabezón tiene la corrupción que siempre produce resultados similares, da igual si se extiende por la derecha, que por la izquierda: personajes toscos, putas, conversaciones de barra de bar, procedimientos burdos y chapuceros, uso idiotesco del dinero corrupto. Es una luz que atrae siempre a las mismas polillas. Es lo único que, quizás, nos une en España.

2 - Corruptores

El flujo ordinario y en B de dinero público hacia cierto sector privado es verdaderamente escandaloso. Da igual izquierda que derecha, el objetivo es succionar dinero público por lo civil y por lo criminal. Maximizar la entrada de dinero del estado en todos sus niveles y ámbitos y reducir al mínimo lo que el estado te reclama para estar en sociedad.

3 - Reacciones

Los corruptos de toda la vida señalan a los otros corruptos de toda la vida, en un movimiento perpetuo que al parecer nos encanta a nosotros, los ciudadanos de pie.

Una vez queda claro que los corruptos lo son, arranca la fase de las arenas movedizas y cuanto más se mueven, más se hunden. Normalmente gritando "y tú más!!!".

No nos cansamos de ver el mismo espectáculo una y otra vez. No atados a nuestras sillas, no. Pagando gustosamente por ello.

4 - Chivatos, vendettas, puñaladas...

Y es que la corrupción en España no la detecta nunca el estado de derecho, sino que se destapa como venganza, a navajazo limpio, por chivatos.

¿Cómo arranca el caso Koldo? A Ayuso le tocan los cojones con su familia y amenaza a grito pelado y en la Asamblea de Madrid que "Vamos a empezar a investigar a todos". Al estilo Pujol de "no toques esta ramita que talo el árbol desde abajo".

No arranca con denuncias previas sobre los mismos hechos (que se descartaron) sino porque el PP decide romper la baraja.

Es ya un patrón clarísimo, los corruptos de toda la vida denuncian corrupción en los otros corruptos de toda la vida y la cosa escala hasta reventar un gobierno del tipo que sea.

Es decir, conocen perfectamente toda la mierda del otro y la usan estratégicamente para turnarse en el poder.

Y todo esto ocurre no porque el estado de derecho diga... caramba, la empresa "Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas S. L" ha facturado 57 kilos en mascarillas durante la pandemia.... vamos a ver qué pasa.

No, la corrupción en España se destapa cuando le hinchas los huevos a alguien.

5 - ¿Y ahora qué?

El hedor vuelve a ser el mismo que en todas los capítulos previos... sean de unos o de otros.

¿qué hacemos ahora?

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