—Tío, ten más cuidado. ¡No me tires más copas encima! La sesión ya duraba más de doce horas y el sol de la mañana filtraba sus rayos a través del agua de la piscina. Javi había estado pinchando toda su noche y juraría que su mesa de mezclas estaba empezando a hablarle. —Se te está durmiendo la gente colega, ¡da más caña! Los platos, estaban tomando la forma de dos ojos y los botones de abajo la de una boca que hablaba. Abrumado, se separó de la mesa, sin …