Una de las ideas fundamentales de la extrema derecha es la de destrozar la fiabilidad de las informaciones, en palabras de Steve Bannon: "os vamos a llenar esto de mierda" y en otro lugar dijo que encontró en Trump un líder populista oportuno para convencer a los votantes menos informados.
Podemos preguntarnos como los bulos creados sobre todo a partir de las redes sociales tienen tanta facilidad de penetrar en las mentes de unos individuos que tienen una mínima educación pues en todos los países occidentales hay una escolarización obligatoria y el analfabetismo es muy bajo o nulo.
Esta facilidad se puede explicar porque la información de los medios oficiales y mayoritarios da credibilidad a cualquier cosa, las teorías conspirativas pueden funcionar porque en los medios digamos serios se pueden encontrar conspiraciones constantemente, las intoxicaciones tienen el amparo de las intoxicaciones que cada día están presentes en la mayoría de medios, si no en todos.
Y como muestra en estos días de noviembre estamos padeciendo una intoxicación informativa de primer orden, me refiero al último disco de la cantante Rosalía. A mi su tipo de música no me gusta, pero admitamos que canta bien, que tiene talento y se lo trabaja para sacar un buen producto, pero es que gente que también tiene talento y se lo curra hay mucha mas que no tiene mucha atención de los medios, porque unos pasan sin pena ni gloria sin poder vivir de su música y otros acaban millonarios.
En este caso se trata de una intoxicación mediática casi comparable a la información en tiempo de guerra, todos los medios hablan de lo mismo, tanto de derechas como de izquierdas, por mucha calidad que tenga el disco en cuestión no se explica el impacto que provoca sin algún tipo de acuerdo previo o tal vez algo peor, sin la existencia de un consenso no explicito pero terriblemente autoritario en el que hay cosas que tienen que ser obligatoriamente positivas sin que se pueda imaginar que a alguien no le guste o no esté de acuerdo.
Y todo esto socava la credibilidad de los medios y da visos de realidad a cualquier absurdidad o gilipollez que se pueda propagar por las redes "alternativas" que adquieren una patina de rebeldía.