Se trata de un tema incómodo entre amigos y familiares, casi tabú en algunas ocasiones. Sin embargo, quienes tienen claro que quieren donar su cuerpo a la ciencia, no lo dudan ni un segundo. Miguel Ángel Salado tiene 78 años y se encuentra en perfectas condiciones físicas y mentales. Hace años que tomó una decisión que, reconoce, debería haber valorado antes, pero nunca es tarde.
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