Un rápido y muy ilustrativo ejemplo que desenmascara esa monumental estafa consistente en vender azucarillos como si fueran todo tipo de medicamentos a precio de oro, sin tener que desarrollar elaborados argumentos ni realizar complejos y costosos ensayos clínicos, ni siquiera metaanálisis estadístico alguno: dos simples minutos en vivo y en directo son suficientes.