Parece una ley inamovible que los animales tengan en su cuerpo una entrada para alimentarse y una salida para expulsar los desechos. Sin embargo, esta extraña criatura, denominada Saccorhytus, cuyo cuerpo ha sido reconstruido digitalmente en 3D a partir de restos fósiles de hace unos 500 millones de años, poseía una gran boca, que en la imagen puede verse en el sector central, rodeada de espinas, pero carecía de ano y de cualquier otro órgano comparable.
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Por ejemplo las plantas carnívoras tampoco tienen ur-ano y excretan lo que les sobra.
Bueno, ya me voy.