La diversidad es utilizada como sustrato por la selección natural (y sexual) para actuar, siempre y cuando los rasgos que muestran variabilidad se transmitan a través de las generaciones. Esto es la base de la evolución.
Tradicionalmente, se ha estudiado la herencia de caracteres fenotípicos (visibles) o fisiológicos. Pero ahora sabemos que los comportamientos también evolucionan, y, lamentablemente, también pueden extinguirse.
La ciencia ha demostrado que la diversidad es garantía de estabilidad en las comunidades.