(...) . Algunas de estas masas crecieron hasta convertirse en planetesimales, objetos de centenares de kilómetros de diámetro con un campo gravitatorio lo bastante intenso como para darles forma esférica y diferenciar su interior en un núcleo metálico denso y un manto rocoso más ligero.
La mayor parte de esos primeros planetesimales acabaron expulsados del sistema solar o se precipitaron contra el Sol, mientras que otros colisionaron y fueron reducidos a escombros. Alguna colisión resultaba ocasionalmente en la fusión de los planetesimales (..)