El 30 de agosto, una gran eyección de masa coronal se disparó desde el Sol en dirección a Venus. No mucho después, la tormenta llegó al segundo planeta desde el Sol. A medida que los datos continúan llegando de Solar Orbiter, este ataque revela por qué el monitoreo "in situ" del clima espacial y sus efectos en los cuerpos y naves espaciales del Sistema Solar son tan importantes.
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Ya me gustaría a mi que una gran eyección de mi corona acabara en un monte de venus...