La cueva cántabra de La Garma sigue aportando valiosa información sobre el pasado prehistórico de la región y sobre el cambio climático. El estudio más reciente, en el que han participado investigadores de la Universidad de Cantabria, ha permitido reconstruir cómo se desplazaban los vientos y qué presiones predominaban en el sur de Europa, gracias a los datos obtenidos de una de las estalagmitas de la galería inferior de la cavidad.