Un curioso estudio centrado en Londres y París ha concluido que el calor acumulado en las urbes provoca un aumento de la nubosidad y la persistencia de las mismas en el cielo en primavera y verano. Aunque hay menos humedad disponible en la superficie y la atmósfera es más seca, las nubes bajas pueden persistir más tiempo en el área urbana al mantenerse la mezcla vertical de la humedad.
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Y en ciudades costeras?