Hace 1 año | Por Andaui a theconversation.com
Publicado hace 1 año por Andaui a theconversation.com

Cada día, los seres humanos nos defendemos frente a microorganismos nocivos de forma “silenciosa”. Estas batallas que ganamos –en muchas ocasiones de manera inadvertida– son el resultado de una larga historia de coexistencia y evolución con numerosos patógenos. La exposición a ellos ha educado a nuestro sistema inmunitario para reconocer y contrarrestar la infección y prevenir la enfermedad.

Enfrentarnos a agentes infecciosos es uno de los estímulos que refuerza nuestra capacidad de defensa, a veces más allá de lo que imaginamos.