Robert Glynn recibió la peor noticia de su vida un día antes de cumplir 49 años, fue diagnosticado con un cáncer de las vías biliares intrahepáticas. El pronóstico era desolador: según los médicos le quedaban 12 meses de vida. Pero este soldador de Worsley en Greater Manchester no se conformó con el pronóstico y decidió acudir a la fundación Christie NHS en Manchester. Ahora a sus 51 años Glynn afirma: «No estaría aquí» si no fuera por los sorprendentes resultados de un ensayo clínico de un fármaco de inmunoterapia
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