Un experimento de 1938, casi olvidado, anticipó la fusión nuclear moderna. Científicos lo han replicado con éxito, revelando el papel clave de un joven físico desconocido. “La reacción Deuterio-Tritio debe de ser una extremadamente probable”, escribió Ruhlig, estimando que uno de cada mil protones era expulsado con alta energía. Esta frase, casi perdida al final del texto, contenía una intuición visionaria.