Un robot, desarrollado por una investigadora africana, se está haciendo con las calles en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo. No tiene nombre, pero se está convirtiendo en un héroe en un país donde las muertes por el tráfico son un problema nacional. Su fama ya ha traspasado las fronteras congoleñas y Thérèse Izay Kirongozi, la ingeniera que le ha dado vida (artificial, claro), está empeñada en que triunfe en todo el mundo. Y va camino de conseguirlo. Días atrás ha estado en Madrid, invitada por la Fundación Mujeres por
Comentarios
No lo veo muy exportable, pero mira,ya hay robots en la vida diaria de África.