El cohete H-II fue aprobado en 1986 en plena euforia por el desarrollo económico de Japón. Aunque puede resultar algo extraño para una potencia espacial consolidada como Japón, lo cierto es que el país asiático no desarrolló un lanzador propio de combustible líquido hasta bastante tarde. Japón sí había construido varios lanzadores orbitales de combustible sólido —familias Lambda y Mu—, pero los cohetes más potentes de combustible líquido eran en realidad variantes de los cohetes Thor-Delta estadounidenses fabricados bajo licencia.
|
etiquetas: japón , cohete