Hay canciones que se te meten en la cabeza y no se van ni con agua caliente. “Wonderwall” de Oasis es una de ellas. Puede que la odies, que la hayas tocado en cada fiesta de guitarra barata o que te haya flipado tanto (cuando estabas en la uni) que hayas querido sacar la letra escuchándola en ese césped universitario al lado del estanque de los patos, tumbada, escribiéndola en tu libreta de Hello Kitty (porque en esa época no buscábamos las letras por internet, y era tan difícil descifrar a Oasis en su inglés de Manchester como a J de Los Plane