Hay un recuerdo de la vida de la secretaria Sylvia Bloom que para quienes la conocieron ilustra nítidamente cómo vivió: cuando el 11 de septiembre de 2001 iba camino a su oficina en las cercanías del World Trade Center, sumidas en pleno caos tras los ataques, y le recomendaron volver a su casa, la mujer de entonces 84 años se subió a un autobús.