Publicado hace 1 hora por blodhemn a historia.nationalgeographic.com.es

Los egipcios, como tantas civilizaciones antiguas y modernas, sintieron una gran vinculación con sus animales domésticos. Principalmente perros, pero también gatos, babuinos, monos, y hasta gacelas y patos, compartieron la vida de los egipcios como si de miembros de su propia familia se tratase. En muchos casos su amor por ellos era tal que tras su muerte los hicieron momificar y enterrar en sus propias tumbas para que les hiciesen compañía durante toda la eternidad.