Hace 10 días | Por tierramar a pressenza.com
Publicado hace 10 días por tierramar a pressenza.com

En mayo el gobierno ucraniano y BlackRock firmaron un acuerdo. Se trataba de la venta total de los principales activos públicos de Ucrania, desde las tierras negras hasta las redes eléctricas. Los negocios más importantes de Blackrock son los contratistas militares, el petróleo y el gas. Esto explica con claridad el sentido de la guerra de Ucrania y la voladura de los gasoductos Nord Stream. BlackRock administrará los activos de Ucrania, incluida la ayuda internacional. Las empresas estratégicas ucranianas, incluidas las que han sido nacionali

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Los medios de comunicación hacen constante alusión a las potencias mundiales pero no se habla mucho de BlackRock, en cambio esta empresa es hoy la tercera potencia económica mundial, justo detrás de las potencias EEUU y China. Su valor es de 10 billones de dólares (10 trillones para la nomenclatura americana).  Sus accionistas están asociados a las familias más ricas del mundo: Rockefeller, Rothschild, etc. Entre los ejecutivos de BlackRock se encuentran varios exagentes de la CIA, y la propia empresa financia el fondo de capital de riesgo In-Q-Tel fundado por la central de inteligencia.  En 2022 el gobierno de los EEUU entregó 13 mil millones de dólares a Ucrania provenientes de los impuestos de los ciudadanos. Este dinero va a parar finalmente a BlackRock dejando algo para el pago de las élites corruptas que detentan hoy la administración de Kiev.Los ciudadanos del mundo deben saber que esto no son simples opiniones, sino hechos que están ahí cuando se los quiere encontrar. A veces nos encontramos con declaraciones pacifistas que pretenden situarse en la equidistancia de los bandos. Pero sin ni tan solo precisar adecuadamente de qué bandos se trata y sin un genuino interés por advertir sobre lo que está de fondo.Todo ello, además de ser un problema endémico a nivel planetario terminará repercutiendo de manera directa o indirecta en nuestras vidas. Vale la pena estar atentos y ponerle nombre a los organizadores de guerras y reconstrucciones.Expresiones del tipo: «la invasión rusa» o «la guerra de Putin», etc. denotan poco interés por clarificar las cosas. Hoy en día ni los medios más oficialistas se expresas de ese modo.